miércoles, 7 de octubre de 2009

12 de octubre: ¿ Día de la Raza o Genocidio ?


por el hermano Marcos García, octubre de 2009
Pocos errores causan tanto desastre como el que cometió aquel marino genovés llamado Cristóbal Colón hace 517 años.
Para los que aún mantienen como buenas las enseñanzas de los docentes en la escuela primaria, cuando, por ignorancia o por obligación nos decían que gracias a este aventurero habíamos sido descubiertos, -como si nuestros antepasados hubiesen estado *escondidos, esta fecha es motivo de celebración. Pero, para los que como yo, recuerdan la motivadora voz de la maestra mestiza explicando una clase relacionada al descubrimiento; presentándolo como una maravillosa aportación a la humanidad, es motivo de luto, y desde lo más profundo de nuestro ser algo nos dice que debemos endechar, ya que lo que ella llamaba el “Día de la Raza”, en realidad, era el día contra la raza, contra su propia raza, contra nuestra propia raza.

Hoy día el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, para justificar este flagicio, incluye en su definición de descubrir “Hallar lo que estaba ignorado o *escondido, principalmente tierras o mares desconocidos”.
Una de las cosas que causa más vergüenza es que seamos nosotros mismos: los descubiertos, los masacrados, los conquistados; los que aplaudamos tan viles hechos.

Durante la Primera Guerra Mundial las relaciones hispano-argentinas no estuvieron exentas de la conocida “política de gestos” y agasajos mutuos. Dentro de esta política es considerada la promulgación por parte del gobierno argentino a cargo del presidente Hipólito Yrigoyen del decreto del 4 de octubre de 1917. Este instituyó el 12 de octubre como “Día de la Raza” declarándolo como fiesta nacional. Logró además la adhesión de casi todas las naciones americanas, incluyendo Estados Unidos.
Sin intención alguna de despertar pasiones ruines que puedan parecerse a las de los seudo-descubridores del continente americano, he querido copiar el texto del tercer punto del Decreto de Yrigoyen:
“3º. Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales, y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana”.

Amigo lector, después de leer la aberrante exposición de sumisión expresada en este decreto, es posible que su cena no tenga el mismo sabor. Si este fuera el caso, le invito a ir conmigo a Las Sagradas Escrituras. En Isaías 5:20 encontraremos una de las advertencias más severas que Jehová nos dejara como legado para valorar la excelencia de la sabiduría, ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

Sabemos que antes de las obras mencionadas en el libro de Génesis ya existía la sabiduría. La sabiduría es eterna, de esto se ocupa el capítulo 8 del libro de Proverbios, específicamente del versículo 22 al 36.
La macabra obra llevada a cabo por los glorificados conquistadores ha diezmado a una raza hasta el punto de que hoy día sólo queden vestigios de su grandeza, por ignorancia, ha marcado a un pueblo con un tatuaje de inferioridad dándole un nombre que hasta la fecha una mayoría indolente menciona con menosprecio.

Es poco lo que se ha hecho para hacer justicia a los legítimos habitantes del continente descubierto por Cristóbal Colón y conquistado por hombres sin escrúpulos avalados por gobernantes irresponsables, sin embargo, suficiente para hacer que el remordimiento presione la mente de los descendientes de los genocidas hasta el punto que más tarde, un decreto de la presidencia del gobierno de España con fecha 9 de enero de 1958, le da un toque cosmético:
“Dada la enorme trascendencia que el 12 de octubre significa para España y todos los pueblos de América Hispana, el 12 de octubre será fiesta nacional, bajo el nombre de Día de la Hispanidad”.
Pero la práctica del avasallamiento a los aborígenes parece no haber terminado. En la República de Panamá encontramos a los nativos: Gnobe, Emberá, Wounan, Bugle, etc. abandonados a su suerte, siendo desposeídos de sus territorios. Herramienta usada por los gobernantes para someterlos a los reyes de turno del gobierno.
Aunque hayan maquillado la fecha con un nombre más atractivo, a los integrantes de esta raza no se les da el tratamiento de ciudadanos, cuando realmente merecen ser tratados como “ciudadanos del mundo”.

Bibliografía
Biblia Reina Valera - 1960.
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Vigésima segunda edición.
Glosario de términos
Conquistar: Ganar, mediante operación de guerra, un territorio, población, posición, etc.
Endechar: Cantar endechas, especialmente en loor de los difuntos; honrar su memoria en los funerales. Afligirse, entristecerse, lamentarse.
Flagicio: Delito grave y atroz.
Genocidio: Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad.
Masacre: Matanza de personas, por lo general indefensas, producida por ataque armado o causa parecida.
Menestral, la: Empleado, dependiente. Persona que tiene un oficio mecánico.

Énfasis añadidos.

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