viernes, 28 de julio de 2017

Versos; Poesía; Amor

Recuerdos

Añoranzas
Y
Espacio para el amor

Me duele ese adiós que es para siempre
la mano que vuela con tristeza
La mirada que al sonreír miente
Y la manera resignada de bajar la cabeza.


Me duele el amor que es despreciado
La mano a la que dejan extendida
El canto cadencioso que no es escuchado
La hipócrita bienvenida.


Me entristece el río seco con sus secas orillas
El árbol sin hojas
El rosal sin rosas
El piano sin notas.


Me entristece la frialdad de la gente
El abrazo sin amor
El poder del dolor
El beso sin sabor.


Este deseo de amarte
Tan fuerte
Me arrastra hasta la muerte
Es la vida
La terca vida
Que se niega a ser vida
Si no puedo quererte.


En un rincón de mi vida
Donde nadie puede llegar
Tengo una historia escondida
Como las que hay en la profundidad del mar.


Dejé en el camino parte de mi vida:
Palabras que no dije
Amigos
Lágrimas
Abrazos con el alma
Y una tristeza con nadie compartida.


Escucho muy cerca el lamento de la vida:
Una flor marchita
Un nido roto
El llanto de un huérfano
Una canción sin nombre
Y una carta nunca leída.

Llega otra vez el invierno a mojar mis ventanas
A escribir en el cristal aquella despedida
A recordarme tristezas lejanas
A lastimar mi herida.


Allá
Muy lejos
Donde nadie su dolor escucha
Llora por mí frente al espejo
No seca su llanto
No quiere consejos
Aunque no es de ella la culpa.


Aún le pregunto a la noche
Si al amanecer volverás
Pero no creo que me escuche
Aunque estoy seguro que sabe donde estás.


Se quedó solo el camino de los dos
Me cuentas sus orillas que ya nadie pasa
Y sus árboles sin nidos
Que al caer la tarde el arroyo tristemente canta.


Hay en su rostro lluvia de ayer
En sus manos caricias viejas
Y en sus labios una palabra que no sé leer
Así, tampoco, la pregunta entre sus cejas.


Plenilunio
Las hojas de las palmeras te vestían
Nos amamos al ritmo de las olas
Inolvidable junio
Nuestras almas se querían
Ahora viven solas.


Quisiera que regresaras
Como el pájaro a su nido
Como regresan las bandadas
Como vuelve el otoño cuando el verano se ha ido.


Hoy
Hay fiesta en la que fue nuestra casa
Y en ese rincón tan nuestro
Se sienta un hombre al que no amas
Te besa
Tú me recuerdas
El tiempo pasa.


Y si al pasar a mi lado finges no verme
O al verme me miras diferente
Sabré que dejaste de quererme
Y olvidaré el beso que no te di en la frente.


A veces pienso en ti
Y en tu mirada
En la rosa de tu boca
En el silencio de tu palabra
En como te va sin mí
Y si todavía me buscas en tu cama.


Ya el espejo no me devuelve su sonrisa
Se extinguió su aroma de mi cama
De su retrato se ha borrado su risa
Y todavía me pregunto si me ama.


La soledad de una palmera
El sonoro silencio del arroyo
La timidez del rocío
La vejez de la espera
La canción olvidada
La mirada del adiós.


Esa rosa que parece dormida
En esta noche de luna llena
Es el diario oculto de mi vida
Donde escribo con tristeza mi larga espera.


Me quedo pensando si no te hubieras ido
Si durmieras en mi cama todavía
Si como yo te quiero me hubieras querido
Lo distinto que todo sería.


Vuelan mis pensamientos hasta el mismo cielo
Se esconde mi mirada mar adentro
Oigo una voz que dice te quiero
Y contento salgo a su encuentro.


Te amo sobre el césped después de una lluvia de mayo
Te amo como si fuera la última vez
Te amo a pleno sol de verano
Te amo como al agua, el pez.



Te amo con el grito de mi pecho
Te amo al derecho y al revés
Te amo como nadie lo ha hecho
Te amo con locura y con sensatez.


Te amo sin ningún temor
Te amo con el miedo más grande
Te amo con el más puro amor
Te amo como la noche a la tarde.


Dices que ya me has olvidado
Que tu mente ya mi nombre no recuerda
Que soy cosa del pasado
Algo que no quieres que vuelva.


Dices que ya me has olvidado
Que nunca volverás conmigo
Que soy un error del pasado
Que solo fui tu amigo.


Pero en las tardes escuchas mi nombre
En el cantar de la lluvia
Y piensas en el único hombre
Que en verdad te ha hecho suya.


Vuelves con la primera lluvia de cada invierno
Estás en la primera flor de la primavera
En las desnudas ramas del otoño
Y en la caricia de la brisa primera.


Andando de tu mano escuché al amor
Jamás había oído a alguien hablar así
Hoy que soy un jarrón sin ninguna flor
Vivo del recuerdo de lo que perdí.


Cuando pasas con él te sigo con la mirada
Es algo superior a mí
Y aunque sé que no debe ser así
La verdad es que no me arrepiento de nada.


Se secó la flor que mojó tu llanto
Dejó de cantar la alondra
Creo que te hice daño al quererte tanto
Siempre al lado tuyo como una sombra.


Este silencio mío que es el silencio tuyo
Grita a toda voz cuando llorar no puede
Se aferra al último beso suyo
Desea vivir, pero vivir no puede.


Han regresado las golondrinas
Ahora miran por mis ventanas
Han vuelto a florecer en las esquinas
Las bellas violetas moradas.


Se marcha la tarde y en su despedida
Me invita a mirar el horizonte
Allá donde parece que termina la vida
Donde el cielo que arde se esconde.


Anduve despacio por la vida
Esperando que sanaran mis heridas
Como una corriente detenida
Como un paisaje de ramas rotas, pero florecidas.


La busqué donde sé que no está
Donde canta la tarde antes de morir
Por donde pasa el que nunca llegará
Y se esconde el que está cansado de sufrir.


En la casa donde nos amamos
Y donde ya casi no entra ni el aire
Lloran de tristeza los recuerdos que dejamos
Pero su llanto no lo escucha nadie.


Crepúsculo
Hora tierna con voces muy suaves
Y después de la lluvia
Solo quedo yo
Algunas gotas que cuelgan
Y las huellas borradas en el parque.


Crepúsculo
Nubes que parecen barcos gigantes
Melancólico canto de los jilgueros
Tibio beso de labios viajeros
Perdonando pecados imperdonables.


Me entristece la tarde cuando muere
El niño que no es consolado
La herida que aunque sangra no duele
El buen amor cuando es traicionado.


Te extraño
En el silencio de la madrugada
Cuando empieza la mañana
Cuando se vuelve gris el color de la montaña
Cuando la soledad me llama.


Te extraño
Cuando empieza a llover y cuando  termina
En el silencio de la fiesta
Al ver tu puesto solo en la mesa
Y en nuestra inolvidable playa desierta.


Y habrá un día en que ya no regrese
En que sobre mis huellas crecerá la hierba
Pero será igual el río cuando crece
Y sobre el muro, la madreselva.


Y ya no oirás mi palabra
Ni te despertarán mis besos
Ni tocarás la puerta esperando que yo abra
Ni sentirás tus brazos en mis brazos presos.


Sueño con dejarla de amar
Con olvidar la felicidad que nos unió
Con recordarla sin tener que llorar
Y que no le duela al corazón saber que la perdió.


Vuela el amor como paloma herida
Y en la rama más cercana se posa
Deseaba amar para toda la vida
Pero es el amor una experiencia dolorosa.


Cuando ya nadie te quiera
Y el mundo te parezca sombrío
Te defenderé como una fiera
Con este loco loco amor mío.


En esta
La que parece mi última hora
Cuando el silencio hace guardia
Mientras el dolor hace fiesta
Y golpeado por la brisa el techo llora.


Se va el amor para no volver
Con tristeza mira su entorno antes de marchar
No logró hacerse querer
Y se irá muy lejos, su pena a llorar.


Abusaste de este tierno amor
Te burlaste de mi inocencia
Te reíste de mi gran dolor
Hoy sufres mi indiferencia.


Sentado a la orilla veo llorar el cielo
Sus lágrimas atraviesan la laguna
Trato de secarlas con mi pañuelo
Pero se van hundiendo una a una.


Pasa el tiempo y sin que nadie lo sepa
Se rompen los sueños en mi corazón
Queda en mi pecho una enorme grieta
Y un sentimiento de desilusión.


Compro la timidez de la aurora
La paz del pájaro sobre su nido
El último minuto de cada hora
El adiós del que no se ha ido.


Compro la insistencia de la rama rora
El corazón dibujado sobre el muro
El último vuelo de la solitaria gaviota
Y de un bebé, el sentimiento puro.

Compro de la tarde sus colores
El adiós del mes que se termina
De la primavera sus últimas flores
Y la tristeza en el fondo de la mina.


Compro de los labios tristes ese beso
Al pájaro sin alas que ha volado
La neblina que al abismo tiene preso
Y el abrazo que todavía no ha llegado.


Compro el silencio de mi bca
La luz del faro apagado
El golpe de la ola contra la roca
Ese amigo que para siempre se ha alejado.


Compro la felicidad del hombre triste
El reposo de los pies cansados
El último beso que me diste
Y el amor de los enamorados.


Compro la nube que reposa sobre el río
La corriente que se ha detenido
El recuerdo del olvidado mundo mío
Y el futuro en que nos hemos querido.

 

Vendo el horizonte de diciembre
La huella que no fue marcada
Ese abrazo con el que se sorprende
Al alma triste y desventurada.


Vendo la serena luna sobre el lago
El sol que se asoma tras la montaña
De la copa el último trago
Y la hoja que se separa de la rama.


Ven do ese adiós permanente
Que atraviesa las esquinas de mi vida
La mañana fresca y resplandeciente
Y del horizonte su dorada cortina.


Pasan sobre mí los pensamientos
Silenciosas sombras de mi niñez
Trayendo melancólicos sentimientos
Misteriosos recuerdos que regresan otra vez.


En este momento tan triste
Regresan mis pasos a mi niñez
Como regresa el pájaro al alpiste
O a la fuente donde apagó su sed.


Hablemos entre hombres
Sobre el amor de esa mujer
Pero te ruego que cuando la nombres
Lo hagas con los labios del querer.


Río de pasión que corre por mis venas
Besos de amor sostenidos en mi boca
Abrazos fuertes que curan mis penas
... y vuelven a mi alma loca.


Piensa la paloma en pleno vuelo
En el nido que le acaban de romper
Y busca una rama donde su duelo
Pueda lloras... cada atardecer.


Ese silencio tuyo
Que desde lejos me mira
Al que aunque no quiera escucho
Con este amor que no termina
Pues te he amado mucho.


A Dios le pido que te ame como a mí
Pues solo así podrá ser feliz
Aunque me duele saber que la perdí
Por eso que los hombres llamamos, un desliz.


Amor que da la vida
Amor que mata lentamente
Amor que lastima
Amor que llega de repente
Amor que no se olvida
Amor que muere al día siguiente.


La ola casi me tocaba
Las ramas cantaban algo que no entendí
La brisa llegaba muy cerca y se alejaba
Era un mundo demasiado grande para mí.


Se marcha lejos el hombre traicionado
Quiere así ocultar su verguenza
Esconde su llanto desventurado
Mordiendo sus labios con fuerza.


Volvió mi amor a tocar la puerta
La que se había cerrado para siempre
Quería saber si aún estaba abierta
O si tendría que devolverse.


He vuelto a cruzar la calle
Y a pararme justo frente a tu casa
Con este secreto que solo tu corazón sabe
Aunque el mío también sabe lo que pasa.


Borra la lluvia mis huellas
En la solitaria calle que me lleva a tu casa
Empiezan a salir las estrellas
Y en las sombras una bandada pasa.


Se queda otra vez la playa sola
Vuelvo a mi callada casa
Parece que escucho llorar una ola
Mientra la gris tarde pasa.


Y pasarán los años mientras espero por ti
Y acabará la belleza, esa que tiene fin
Y una noche al irme a dormir
Me daré cuenta que ya envejecí.


Es la vida un camino fijado
Nostálgico y sombrío
Muchos pasaron corriendo
Otros nunca lo intentaron
Pero ninguno ha pasado
Por el camino mío.


Pasa un año y otro año
Y voy dejando de quererte
Aunque sé que te seguiré amando
Hasta el día de mi muerte.


Aunque ya nada espere de la vida
Abriré las ventanas al amanecer
Pondré un poema sobre mi herida
Y cantaré versos al atardecer.


Sembré en terrenos desiertos
Y en jardines ajenos planté rosales
Busqué a los vivos entre los muertos
Confundí las montañas con los valles.


Quise amarla para toda la vida
Pero confundí el amor con el placer
Oh! Cuánto quisiera sanarle la herida
Y su amor volver a tener.


Y retoñarán los árboles secos
Y correrán los ríos que dejaron de ser
Y pasaré la noche con los ojos abiertos
Aunque sé que nunca te volveré a ver.


Amo tu calle al final de la esquina
Y la luz parpadeante del farol roto
Amo la tarde cuando se termina
Y amo el brillo del amanecer remoto.


Te contaría
Si estuvieras aquí
Cerca de mí te contaría
Que es muy larga la vida
Cuando no se tiene lo que uno nunca pensó que perdería.


Acabo de llorar
De gemir en silencio
De derramar un río de dolor sobre la cama
Que una vez fue testigo de la grandeza de nuestro amor.


Si llegara la noche
Si volvieran a brillar las estrellas en este lejano y mudo cielo donde mi alma solo puede ver una enlutecida luna negra.


Volví a buscarte
Entre las ruinas de un amor tan fuerte como la tempestad
Tan bello como un paraíso
Y tan triste como ese adiós que nunca se quiso.


Sale la luna a caminar sobre las nubes
Descalza para no hacer ruido
Como transparentes aguas azules
Como lluvia de verano que no ha caído.


Cuando vuelan en las tibias tardes
Las golondrinas grises
Y se posan a cantar en los portales
Me traen a memoria nuestros años felices.


Solo queda ese espacio grande que alguna vez llenamos tú y yo
Flores secas en una cesta de alambre
Y el llanto de despedida que nunca se lloró.


Solo quedan algunas huellas del camino que recorrimos tú y yo
La suave música del arroyo
Y el árbol con nuestros nombres que de viejo se murió.


Solo quedan dos corazones bordados en un callado poema
Primaveras e inviernos pasados
Y en tu corazón y en el mío una desconsoladora pena.


Solo quedan las ramas donde de niños jugamos
Nuestro paraíso olvidado
Y amigos mutuos que hace tiempo se fueron, y que con amor recordamos.


Solo quedan las noches con voces y silencios extraños
El recuerdo de las navidades
Y cientos de abrazos sinceros que ya olvidamos.


Solo queda tu gaveta vacía
Nuestros sueños levitando en el aire
Esta insuperable tristeza mía
Y los secretos de ambos que no los sabe nadie.


En este viaje sin equipaje
Se quedan tantas cosas
La luna
La brisa de ayer
Lo que no pudo ser
Y una mirada
Que además de triste... es hermosa.


Se pasa la vida entre delirios y sueños
Deja el hombre de escuchar lo que oye
Son los días como esclavos sin dueños
Como abandonada calle.


Solo queda mi mirada fija
El atardecer de mañana
Una carta sobre una revista vieja
Y las notas de la lluvia cuando ya casi termina.


En mi corazón un equipaje de despedida dolido
En mis manos un gesto de adiós sentido
Y muy dentro de mi alma... un sollozo reprimido.


Retoma el viajero su camino
Despega sus labios del último beso
No regresará por donde vino
Ahora lleva en su equipaje demasiado peso.


Le canto A la tarde cuando muere Al aroma del valle en primavera Al pico que una nube envuelve Al viento que mece la palmera.


Le canto A esa vieja ilusión Al retrato conservado en mi cartera A la melancolía de mi corazón Y al amanecer en mi lejana tierra.


Le canto Al camino de mi juventud A la sombra donde nos amamos tanto A la soledad del lago y a su quietud A la risa, a los sueños, y al llanto.


Casi nunca me acuerdo de ella Solo en la solitaria playa En las aburridas fiestas Al irme a la cama En las tardes quietas Y en esta quieta noche bella.


Es mía esta noche Son mías sus estrellas Pero no será mío el amanecer Pues se irá para siempre Como quizás sin saber Se van las cosas bellas.


Casi nunca me acuerdo de ella Solo en la solitaria playa En las aburridas fiestas Al irme a la cama En las tardes quietas Y en esta noche bella.


Le canto Al camino de mi juventud A la sombra donde nos amamos tanto A la soledad del lago y a su quietud A la risa, a los sueños, y al llanto.


Me queda La ternura que expresé Las miradas de amor que di Las lágrimas ajenas que corrieron por mi hombro Y las palabras de amor que compartí.


Me queda La orilla que desde el otro lado vi Ese abrazo pronunciado que recibí La sombra donde dormí Y una sensación de paz dentro de mí.


Me queda El recuerdo olvidado El río que se secó La sombra de un árbol cortado Y ese camino largo que locos de amor recorrimos tú y yo.


Como la hoja que se aferra a la orilla Como la brisa que se acuesta sobre el río Como la estrella que ya casi no brilla Así es este viejo amor mío.


Me queda La tristeza en la risa Una foto dedicada Las veces que lo hicimos con prisa Y una rosa marchita en un libro con páginas dobladas.


Me queda Un adiós permanente El quieto lugar donde se sentaba Una marca de resignación en la frente Y la playa desierta donde conmigo jugaba.


A eso que nos hiere Que nos enciende el corazón y nos lo apaga Que llega y se va cuando quiere Le llamamos amor sin importar el daño que nos haga.


Me queda El murmullo de la corriente La distancia hasta su casa Ese secreto que nunca supo la gente Y un profundo dolor en el alma que nunca pasa.


Me queda Esa angustia permanente Un lugar por nadie conocido El eco de una canción que llega de repente Y el último adiós dicho junto a mi oído.


Llevo conmigo Ramas que nunca tuvieron nidos El último adiós de un amigo El recuerdo de un inmerecido castigo Y del amanecer los sonidos.


Llevo conmigo Tardes de lluvia en la escuela Un verso dolido El final de una novela Y una carta de amor... que por dolorosa nunca he leído.


A eso que nos ilusiona Que nace en invierno y en otoño se muere A eso que llega aunque uno no quiera Le llamamos paraíso aunque es una hoguera.


Pasa el tiempo Como el perfume de la rosa Como las caricias del viento Como la breve vida de la mariposa Como el extraño personaje de un cuento.


Pasa el tiempo Sin que pase nada Todo lo recuerdo Todo lo olvido Tengo lo que perdí Hablo lo que no digo Y de lo que perdí nunca tuve nada.


Llevo conmigo El canto del tinamú La solitaria sala de espera Esa tarde cuando no estabas tú Y la tristeza de soñar lo que uno no espera.


Regresa el amor con los labios cerrados Desnuda su alma y en el pecho una flor La traición y los celos ya están olvidados Pero aún siente un inmenso dolor.


Esa espera que termina cada día Y que cada mañana vuelve a empezar Pues ella me dijo que volvería Y no puedo dejar de soñar.


Muere la tarde con una lágrima en la mirada Dejo de recordarte Se escuchan las olas lamiendo la arena Y vuelvo a intentar... olvidarte.


Dejó de llover pero llueve todavía Y las sillas en el parque se volverán a llenar Siempre recuerdo cuando me quería Y me dan ganas de llorar.


Dejó de llover pero llueve todavía Y entre las hojas el sol empieza a caminar Volverá a llover cualquier otro día Y el sol se volverá a ocultar.


Dejó de llover pero llueve todavía Como el viento que pasó pero aún mece la hoja Como el amor que terminó entre tu vida y la mía Pero... ama más ahora.


Una gota que cuelga solitaria en el pétalo de una rosa marchita es el reflejo del resto del jardín, de las flores que se burlan porque son bonitas.


Tu inocenia despiera mi ternura de ayer Tus labios nunca besados, mi pasión Pero sé que no lo debo hacer Eres el inicio, yo la conclusión.


Nuestra luna del río se mudó al cielo Desde allá lejos no nos podrá mirar Ella sabe que solo yo te quiero Y que tú solo me quieres olvidar.


Estoy tan solo como los viejos caminos por donde paso, porque conducen al olvido.
Como las viejas ventanas donde nadie se asoma, hace siglos.


Escucho llorar al viento que antes cantaba
En el viejo pozo guardan silencio las ranas
Dejó de florecer la rama
Y me duele profundamente el alma.


El concierto de la lluvia hace danzar mis recuerdos
Y se llenan de lágrimas las hojas despidiéndose del invierno.


Hay heridas que por profundas ya no duelen
Pero sangran por toda la vida
Hay llantos que se esconden tras las puertas de los amores prohibidos.


Cuando ya no vuelvas cantaré llorando la canción que canté contigo
Y veré gaviotas en los techos rotos del viejo puerto donde nos despedimos.


... y caminaré solo por nuestro camino
Y cortaré flores como cuando iba contigo
Y sonreiré mirando al cielo, como cuando estaba vivo.


No escucho su voz y me da miedo
Me asusta su silencio
No quiero escribir la historia de nuestro amor con el llanto triste de lo que pierdo.


Que nadie interrumpa mi llanto
Que no se atrevan a reprimir el caudal de mi dolor
Pues nunca pensé que la quería tanto...
adiós mi amor.


Soy como un río con sed
Como una rosa sin perfume
Como pájaro sin nido
Todo eso yo tenía
Todo eso y más
Pero se lo di a usted.


En aquel momento no dije nada
No tenía derecho a quererte
Pero ahora, al volver a verte, te diré lo que siente un hombre... con suerte.


La noche que fuiste mía habían fragmentos de luna llena en tu pecho de nácar y sol
Puedo pintar tus ojos de cielo besándome el corazón.


Vuelan las nubes como bandadas de gaviotas, vigilan desde el cielo las montañas y sus lágrimas descienden como gotas de sol sobre las ramas.


Olvido Esa habitación silenciosa donde recordamos el tiempo,
la soledad,
y aunque pequeñas,
todas las cosas hermosas.


Acaso se ha ido el amor de los dos Se ha ido por distintos caminos O quizás nunca nos quisimos tú y yo Y solo se encontraron nuestros destinos.


Quiero saber si aún me esperas
Si sigo guardando tus horas
Tus rosas
Las miradas de deseo y de comprensón
Y las olas que nos besaban en la arena.


Cuando el último pájaro se despidió de la primavera
Quedé sin nido
Sin cielo
Y sin estrellas.


Con la escasa brisa que sopla mi barca ya no puedo llegar tan lejos
Mas, con mi corazón acaricio el amor...
por si nunca llego.


Cuando las colinas aman, su llanto riega el alma de los corazones que esperan sin lágrimas.


Seguiré mi viaje sin destino
Con una triste sombra en la mirada
No tengo razones para llegar a algún lado
Después de perderte ya no quiero nada.


Se va destiñendo la noche del hombre
Como barca que se pierde en la neblina
Como la hoja seca que navega sin vida
Sigo amando tu recuerdo... amiga.


Caminamos largo rato sin decirnos nada
Aunque nuestras bocas querían besarse
Y nuestros cuerpos tenían ganas.


Caminar sin prisa
Darte un beso
Cerrar los ojos
Usar las manos
... y hacer eso.


Tu mirada fue un ligero toque que estimuló mi cuerpo para desearte
... y amarte después de amarte.
Tus manos tocaron mi silencio
... tocaron eso.


He de irme con la mirada perdida
Como un pájaro que abre sus las para ocultar sus heridas
Como la corriente
Que siendo la misma, es diferente.


Estoy mirando hacia donde nadie mira
Quiero ver:
El dolor escondido
La alegría entristecida
Las tardes que se han ido
Las rosas dormidas.


Nuestra luna del río se mudó al cielo Desde allá lejos no nos podrá mirar Ella sabe que solo yo te quiero Y que tú solo me quieres olvidar.


Tu inocenia despiera mi ternura de ayer Tus labios nunca besados, mi pasión Pero sé que no lo debo hacer Eres el inicio, yo la conclusión.


Una gota que cuelga solitaria en el pétalo de una rosa marchita es el reflejo del resto del jardín,
De las flores que se burlan porque son bonitas.


... y caminaré solo por nuestro camino, Y cortaré flores como cuando iba contigo, Y sonreiré mirando al cielo ... ... como cuando estaba vivo.


La noche que fuiste mía habían fragmentos de luna llena en tu pecho de nácar y sol, Hoy puedo pintar tus ojos de cielo besándome el corazón.


Que nadie interrumpa mi llanto Que no se atrevan a reprimir el caudal de mi dolor Pues nunca pensé que la querría tanto... Adiós mi amor.


Acaso se ha ido el amor de los dos Se ha ido por distintos caminos O quizás nunca nos quisimos tú y yo Y solo se encontraron nuestros destinos.


Olvido Esa habitación silenciosa donde recordamos el tiempo,
la soledad,
y aunque pequeñas,
todas las cosas hermosas.


Vuelan las nubes como bandadas de gaviotas,
vigilan desde el cielo las montañas y sus lágrimas descienden como gotas de sol sobre las ramas.


Una sonrisa es equivalente a un oasis. Ofrécela, a lo mejor algún día conocerás el desierto.


Despierto aquí En el umbral del tiempo La mañana se enseñorea Veo en las gotas del rocío el viento Y las huellas de la noche en la marea.


Caminar sin prisa Mirar el cielo Tocar el horizonte Darte un beso Cerrar los ojos Sentir la brisa Usar las manos ... y hacer eso.


Así Recostada en la arena te ves más bella. ¿Podría pasar y no mirarte? Pero no tomarte, sostenerte y amarte ... Sería pecado.


Era amor la tristeza profunda Era amor el llanto frecuente Era amor del que no se derrumba Era amor puro e inocente.


He comenzado a sentir tu ausencia En las noches de invierno Cuando la noche manifiesta su presencia Y cuando de tristeza me estoy muriendo.


Inolvidables brazos cariñosos Inolvidables besos que no volverán a ser Inolvidables secretos deliciosos Inolvidables momentos de placer.


Hay miradas que solo por el hecho de fijarse en uno merecen que se les escriba un poema. Hay poesías que son miradas al alma.


Amor Ilusión que llena el corazón Juguete que se rompe sin jugar Caudaloso río que se ha de secar Sentimiento que aparece y se marcha sin razón.


Pasa la ola sin tocar la orilla Un halo de luz se desprende del cielo En las montañas aún el sol brilla Mientras yo pienso en la mujer que quiero.


Pero también la felicidad termina Y llegan los días con desánimo Como la calle se borra al doblar la esquina Como me olvidé de tocar el piano.


Es el amor un álbum nuevo Con fotografías desconocidas Como vieja rama que ahora es renuevo Como el sufrimiento de muchas vidas.


Ese lugar que hemos olvidado Donde canta la soledad en silencio Allá donde el horizonte es dorado Y donde solo el cielo sabe lo que pienso.


No siempre fue sombra la sombra mía Tampoco fue mueca mi risa Aunque siempre fue noche mi día Y siempre mi fogata ceniza.


Se embelesan los valles Hay en invierno primavera Y se adorna el cielo con detalles Cuando una mujer espera.


Estoy aquí, junto a la música de mi soledad, he regresado, como en esas tardes tuyas y mías cuando no había recuerdos, cuando entre nosotros todo era verdad.


Regresa el ave a su nido Estuvo presa en una jaula de oro No encontró nada Sus pichones se han ido Es por eso su canto Es por eso su lloro.


Regresa la brisa de diciembre Parece traer luces de colores Me recuerda mis tardes de septiembre Y una lista llena de inolvidables amores.


Regresa la tarde a la playa A contar las gaviotas plateadas A escuchar el mar cuando calla Y a contarme viejas historias olvidadas.


Regresa la ola a la orilla Con ganas de besar la arena Y en el fondo del mar la luna brilla Mientras mi corazón llora sus penas.


Es el amor una flor que abre Entre las espinas de una rama rota Una nube que tapando al sol arde La belleza que por la distancia no se nota.


Es el amor un jarrón roto Una fruta verde del árbol caída Un paraíso real pero ignoto Una fina prenda de vestir raída.


Esta noche me ha dejado solo Solo con mi nostalgia y mi agonía Quisiera llorar... y no lloro Nunca pensé que llegaría este día.


Esta noche de profundo silencio Me acompaña la tristeza y el dolor Mi corazón está marchito Como el estropeado pétalo de una flor.


Esta noche tan llena de estrellas Salgo al jardín con su mano en la mía De las cosas lindas ella es la más bella Mi alma rebosa de alegría.


Hoy Te recuerdo Como al tardío verano Como a luna de otoño Como al frío de este invierno Como aquel día en que me juraste... amor eterno.


Hoy En esa calle sin nombre He vuelto a recordarte Ha olvidar lo que soy He vuelto a amarte En esa calle sin luces... me hiciste hombre.


Esta tarde el techo llora El cielo le ha prestado lágrimas La pena de las nubes él la ignora Pero, en su dolor quiere acompañarlas.


Llega otra vez la noche Y el silencio en mi habitación Son como espadas de fuego Que se introducen en mi alma Y me queman el corazón.


Solo en esta noche larga Sentado en el jardín del tiempo Con tristeza una estrella me mira Mi corazón se descarga Me abraza el viento.


Sueños que duermen en camas separadas Que navegan en el mismo mar Que con una risa pretenden llorar Que recuerdan las mismas palabras olvidadas


Allí me siento a recordarlo todo A secar el llanto de quienes herí Algunas cosas las hice a mi modo Otras Por amarlas tanto las perdí.


Solo Entre la gente que camina Viendo las hojas muertas que se las lleva el viento Hay pena en mi alma Sin embargo, no sé lo que siento.


Cando canta la lluvia al golpear el techo Y el viento acaricia mi ventana Recuerdo cuando dormías en mi pecho A la primera hora de la mañana.


Te abrazo y siento tus tibios labios Tu aroma a mujer me embriaga Me enloquece lo que haces con tus manos Ojalá este momento nunca terminara.


Eres mía Soy tuyo Somos la vida, el mar, la esperanza, brisa que siempre pasa Soy feliz cuando me miras Eres feliz cuando mi pecho te abraza.


Se mueve la ola tímidamente al sentir las caricias de la luna, en su corazón vuela dibujada una gaviota tan azul, como la parte del mar más profunda.


En mis manos duerme el recuerdo de su senos, en mi boca la ternura de sus labios, y en mis pensamientos esos secretos que solo ella y yo sabemos.


Descansan las olas en la orilla Suspira el pecho aunque no quiera Y canta la tarde su canción sencilla Cuando una mujer espera.


Allí, tú y yo, y el silencio como un testigo fiel La rutina Algún gesto Una carta rota en una esquina Y la palidez de tu última noche con él.


Y ella con un gesto casi invisible atravesó mi mirada que desde el otro lado de la calle le decía tantas cosas... sin decir nada.


Mirando al mar puedo escuchar lo que las olas dicen cuando ven mis lágrimas soñar
Me siento en una y acaricio el espíritu de la soledad.


Desde el balcón la veía pasar con otro
Pero sabía que era mía
Era muy grande el amor que por ella sentía que no pude respetar
Hice lo que no debía.


En el libro que escribiste en mi corazón cada capítulo comienza con frases de amor
He querido borrarlas
Porque cada vez que las leo me causan dolor.


Fue una noche de olor a historias que por tan contadas nunca terminan
De esos encuentros en que ninguno dice nada de la razón de la cita.


Renació mi pasión después de tantos inviernos
Pero se ha fijado en un amor demasiado pequeño
Seré la burla de todos
Nunca podrán entenderlo.


Tu boca es esa fresca fuente que nunca se seca
Tus manos son tenues rayos de sol que me calientan
Tus ojos la luna llena que ilumina mi senda.


Caminos demasiado largos
Manos extendidas
Ojos decorados con llanto
La mitad de la luna escondida
Una mirada sin vida
Esas tardes de mayo.


Pienso en ella
En su pelo suelto
En su mirada suave
Puedo dibujar sus huellas como alas de gaviotas que tocan la arena mientras besan el aire.


Un beso es una caricia que se da en la boca y que deja huellas indelebles en el corazón
Es una copa de cristal azul rebosante de amor.


Se nos acabó el amor como se extingue una llama cuando las nubes la besan
Se nos fue, como correteadas por la brisa, se alejan las pavesas.


Ama el corazón del hombre cuando lo besan con deseo
Está seguro que es amado,
Y cuando de esos mismos labios escucha el adiós, muere de dolor.


No escucho su voz y me da miedo
Me asusta su silencio
No quiero escribir la historia de nuestro amor con el llanto triste de lo que pierdo.


Soy como un río con sed
Como una rosa sin perfume
Como pájaro sin nido
Todo eso yo tenía
Todo eso y más
Pero se lo di a usted.


En aquel momento no dije nada
No tenía derecho a quererte
Pero ahora
Al volver a verte
Te diré lo que siente un hombre... con suerte.


Se va destiñendo la noche del hombre
Como barca que se pierde en la neblina
Sigo amando tu recuerdo...
... amiga


Seguiré mi viaje sin destino
Con una triste sombra en la mirada
No tengo razones para llegar a algún lado
Después de perderte ya no quiero nada.


He de irme con la mirada perdida
Como un pájaro que no abre sus alas para ocultar sus heridas
Como la corriente... que siendo la misma es diferente.


Estoy mirando hacia donde nadie mira
Quiero ver:
El dolor escondido
La alegría entristecida
Las tardes que no se han ido
Las rosas dormidas.


Tu mirada fue un leve toque que estimuló mi cuerpo para desearte y amarte después de amarte.
Tus manos tocaron mi silencio...
... tocaron eso.


La ausencia de su voz me habla en el jardín de mis pensamientos Quisiera olvidar esos momentos, pero mi corazón me pide que la escuche.


Cuando el último pájaro se despidió de la primavera Quedé sin nido Sin cielo Sin sendero Y sin estrellas.


Quiero saber si aún me esperas Si sigo guardando tus horas Tus rosas Las miradas de deseo De comprensión Y las olas que nos besaban en la arena.


Es casi de día Aparecen las primeras sombras de la noche No dijo que regresaría Pero la espero Como el anillo del traicionado al estuche.


En esta tarde de invierno Está solo mi corazón Hace tiempo te olvidé Pero él te sigue queriendo Él no sabe porqué Pero yo me estoy muriendo.


En esta tarde tan triste Vuelan sobre mí las nubes Son pájaros gigantes Que se detienen en el cielo Y me quitan la tristeza por un instante.


Amo la desierta calle que guarda la historia de los dos Amo la sombra del árbol que nos cubrió Y amo al muro que nos separaba el cuerpo, pero la boca no.


Llueve Con la lentitud que camina la tristeza Algunas gotas se aferran a las hojas Miro sin pensar Recuerdo que un tiempo compartimos esta mesa.


Se acerca la noche con pasos lentos, hay en mi mirada tristeza, por ser feliz he hecho muchos intentos, pero mantiene le amor a mi alma presa.


Allí está En la incansable corriente Su voz Su aliento Y un recuerdo Tan feliz De ese amor Tan puro Tan tierno Tan lleno... ... de ella y de mí.


Miradas que atraviesan el cielo, que pintan de colores el alma, miradas que son atardeceres... en la soledad y en la calma.


Amo la triste alberca que nuestro silencio guardó Amo la ventana cerrada por donde nadie nos vio Y a la banca solitaria donde mi pecho te amó.


Amo la puerta abierta, esa que el viento cerró Amo la canción que nuestros suspiros ocultó Y amo la oscura tarde que con su manto nos cubrió.


Allí Sentado como hoja madura Sintiendo la caricia de mi respiración Mirando el efecto de la luna Y oyendo en lo profundo del alma una canción.


Después la amé otra vez Sincronizando todos mis sentidos Pues se iría para siempre esta vez Así como abandonan las aves sus nidos.


Cuántas veces he llegado hasta tu puerta y me he regresado sin hablarte Sé que me amas Sé que te amo Pero ambos sabemos que debo respetarte.


Amo la luna llena, testigo de nuestra rebelión Amo la brisa fresca que nuestro sudor secó Y amo la mirada cómplice del inquieto gorrión.


Veo los árboles sin hojas Todos los muros grises Se ha vencido mi empeño Me importa poco lo que dices O si mi rosa deshojas Ha empezado mi otoño.


Vendo la mirada compasiva El beso en la fotografía Vendo la esperanza reprimida Y la lluvia fresca ...que no ha caído todavía.


Vendo el olor a tierra mojada El vaivén de la cuna vacía Vendo el secreto de mi almohada La historia de ella... y la mía.


Quiero un mundo sin fronteras Los mares y los ríos limpios Las noches y las tardes enteras Quiero limpiar los corazones sucios.


Café y un libro Mis sentimientos y los tuyos Los besos que nunca nos dimos Un jarrón sin rosas Y entre otras cosas La tristeza y el orgullo.


Es una leyenda tu amor y el mío Dos almas mirando el vuelo de las nubes Cuando unido en un beso al cielo subes Sentados a la orilla del río.


Vendo la resignación en el rostro del anciano Del joven el corazón aventurero Del padre el consejo sabio Y de la madre su alma de guerrero.


Son más cortas las palabras Es el alma más sincera Y se llena el cielo de estrellas Cuando una mujer espera.


Suelo cantar esas canciones olvidadas Y pensar en lo grande que mi amor fue Dibujar mis tardes desoladas Mientras tomo una taza de café.


Una silla para dos El recuerdo que ya se fue Dos corazones en la arena bordados Y una taza de café.


Sostenidos en la baranda del puerto de la soledad esperando a que llegue el amor o quizás la tempestad mientras nuestras lágrimas naufragan.


Lugares que nunca quise dejar Joyas inolvidables de la tierra mía Rocas sobre las que me senté a cantar Lindos recuerdos de lo que tenía.


El recuerdo de la mano que me guiaba En el tiempo que de la vida no sabía Esa abnegada mujer que me cuidaba La incomparable madre mía.


Vendo del tiempo la hora que falta La despedida del misionero Vendo la libertad del pájaro que escapa Y la carta en las manos del viajero.


Se detiene el rocío en el aire Y ama el corazón aunque no quiera Danzan las nubes con donaire Cuando una mujer espera.


Vendo la alegría que traerá el mañana Del cansado obrero, su sueño Vendo el sollozo del que extraña Y la puerta cerrada del prisionero.


Compro la maleta olvidada en el tren La carta dirigida al analfabeta Los ojos que hace tiempo no ven Y la puerta por donde nadie entra.


Puedo pasar horas enteras admirando La Creación, Dando gracias a mi salvador Sintiendo su amor Y escuchando de la selva esa sublime canción.


Quiero Un rayo de luna llena De la tristeza, la mitad Del infante, su inocencia Del pobre, su libertad Del abrazo, el recuerdo que permanecerá.


Esta noche, como otra cualquiera, llegarán a mí tus cartas escritas con rayos de luna llena. Les pondré música de salón y olvidaré mis penas.


Se alejan las horas una por una En este lugar tranquilo del jardín te espero Eres y serás por siempre mi luna Mi bella luna... en mi bello cielo.


Han cubierto las nubes mi luna Se ha olvidado mi amor de volver Como ocultan al sol las brumas Como se olvida al amante después del placer.


Compro las vacaciones que terminan El último día de clases Los viajes que culminan Los enemigos que hacen las paces.


Compro la primera brisa del verano El concierto de la corriente Los secretos de la mujer que amo Y la tristeza del despreciado juguete.


Compro la ola desmayada en la orilla El zigzagueante correr de un niño Del parque la olvidada silla Y de una madre su incondicional cariño.


Quiero Del amanecer los trinos De la montaña su paz Del valle sus verdes caminos De la vida su verdad Del horizonte su misterio ...nada más.


Quiero De los caminos, sus huellas De la noche, su oscuridad Del olvidado, su llanto Del amor, su eternidad Y del cielo..., sus estrellas.


Busqué en su amor la vida En sus brazos el placer Olvidar lo que no se olvida Pues amaba a otra mujer.


Cantará la palmera azotada por el viento Se marchitará la flor más bella Sentirá el oasis el calor del desierto Y llorará mi corazón por ella.


Es la última vez que la espero Está mi corazón cansado de llorar Ella no merece que la quiera como la quiero Por eso he decidido terminar.


Y sigo viviendo sin esperar siquiera La calma que sucederá a la tormenta Como semilla que sobre una piedra De no haber germinado se lamenta.


Recuerdo esos ojos que me miran desde lejos Las manos cariñosas Ese abrazo por la espalda que me devolvía el espejo Y en su pecho las tiernas rosas.


La tarde gris después del adiós El canto de la lluvia al amanecer Los años felices entre tú y yo Lo que fue ...y lo que no pudo ser.


Conté tus besos de la escuela a la casa Aprendí de memoria todas tus miradas Pero el tiempo es cruel, muy cruel y pasa Y hoy son solo frases olvidadas.


Te sigo amando Con la pureza de un amante inocente Como el árbol que al invierno sigue esperando Como aman los sedientos a la fuente.


Detiene la brisa su vuelo Canta el turpial en la pradera Y se llena de flores el suelo Cuando una mujer espera.


Es bella la mañana Se han olvidado de irse las estrellas Te alcanzaré la más bella Para que brille en tus solitarias madrugadas.


Te sigo amando Aunque sé que no has de volver Como el rocío que en la telaraña temblando No siente temor de caer.


Te sigo amando En las tardes de efímero placer Aunque mi corazón se está acostumbrando A la insoportable tristeza de no volverte a ver.


Te sigo amando Aunque ya no te espero Sigue mi corazón llorando Cada vez que encuentra tu recuerdo.


Te sigo amando En esas noches de invierno Como ama la flor cortada al tallo Aunque por su ausencia se esté muriendo.


Te sigo amando Con el dolor de un hombre Que ríe llorando Al recordar de la traición su nombre.


Te sigo amando En mi cama desierta Como ama el despreciado mendigo Esas viejas tarjetas.


Ya no te espero Aunque nunca te he dejado de querer No he de esperarte aunque te quiero Pues solo se espera lo que puede ser.


Se convierte en música el silencio Las gotas de rocío parecen perlas Y se vuelve poesía el universo Cuando una mujer espera.

Escribe el tiempo una nueva página Aparece en el cielo una nueva estrella Y se viste el verano de primavera Cuando una mujer espera.


Te sigo amando En cada amanecer Cuando el día se está acabando Y cuando intento borrar el ayer.


Puedo soñar con cosas imposibles Puedo dormir y seguir despierto Puedo ver las cosas invisibles Y hasta creer vivo, que estoy muerto.


Dejé al tiempo Esas preguntas que solo el tiempo responde Y en los largos caminos esos momentos Que en mi seco desierto fueron mi horizonte.


Es mi amor un ciego ante el paisaje El canto del pájaro en la jaula Un árbol sin flores ni follaje Un maestro sin alumnos en el aula.


Es triste la mirada del hombre que no se detiene en el camino de la angustia para llorar desconsoladamente por lo que perdió. Las lágrimas son un beso que desde el cielo traen consuelo, es la música que danza al ritmo del dolor del corazón. Son cristales rotos que sirven de bálsamo al dolor.


Se van quedando tristes los lugares que un día abandonamos y donde nunca pensamos regresar. Se llenan de luto las páginas del alma y aparecen pintadas con colores de olvido las tardes que dejamos volar nuestros sentidos. Luego pasa el tiempo y la vida nos trata mal... y volvemos allí a llorar.


Eres la sombra de un pasado que me asusta a cada paso, ese invierno que no termina, la mirada de una culpa que aunque no fue mía me condena en una celda solitaria y vacía. Eres el retrato del dolor colgado como una carcajada de burla en la agrietada pared de mi triste corazón.


Puedo viajar con el pensamiento Puedo escuchar lo que nadie ha dicho Puedo hacer de un año un momento Y puedo en silencio decir lo que escucho.


Puedo mirar lo que no estoy viendo Puedo esperar lo que no conozco Puedo caminar sentado en el tiempo Y hasta escribir lo que nunca pienso.


Puedo amarte desesperadamente Puedo confundirte sin saber quien eres Puedo olvidarte repentinamente Y hasta adorarte si es eso lo que quieres.


Se quedó muy solo mi pueblo Con plazas oscuras y casas vacías Pero quedan cosas que olvidarlas no puedo Cosas sencillas que siguen siendo mías.


Esa calle por donde siempre pasa El amor al que amar yo quiero Es una calle cercana a mi casa Donde cada mañana de amor yo muero.


Hizo pausa el beso en mi boca En mi pecho se detuvo el abrazo Pasa la brisa y ya no me toca Y las olas se retiran cuando yo paso.


Llega la hora de partir Un momento que nunca creí que llegara Dijiste lo que jamás me debiste decir Y obligaste a mi corazón a que lo escuchara.


El amor es como un pájaro, se viste de ternura y canta hasta morir, solo que cuando se siente herido prefiere cantar en otro jardín.


Es gris el azul de mi cielo Y triste el canto de la perdiz al atardecer Se ha cubierto mi sol con un velo Y mi jardín ha dejado de florecer.


Hoy suena triste la alegre canción de ayer Son grises los azules de mi cielo No es el amor lo que pudo ser Y yo de soledad me muero.


Esa hora cuando mi boca arde y mi mirada tiembla Como gotas de rocío que de las hojas cuelgan Cuando casi estás vestida y casi no estas desnuda.


Puedo secar mi llanto y pensar que nunca he llorado Puedo borrar su nombre y creer que lo he olvidado Puedo vivir el ayer sin recordar el pasado.


Puedo escuchar su nombre y no recordarlo Pensar que está muy lejos y sentirla a mi lado Puedo haberla olvidado Y ver sus ojos con mis ojos cerrados.


La ilusión cayó como finas gotas de rocío sobre mi corazón haciéndolo cantar como las piedras al ser besadas por la transparente corriente del río.


De vez en cuando me acerco al lugar donde nos despedimos y coloco una rosa para nunca olvidar lo mucho que nos quisimos.


En cada hoja hay un verso En cada flor una poesía En cada nido una esperanza En cada atardecer la promesa de un nuevo día En casa canción un sentimiento Y en el sonido del viento ...una melodía.


Tardes que son álbumes de nostalgia y de poesía Lindos lienzos de colores que unen los sentimientos Sombras que aclaran los recuerdos ... y nos llena de melancolía.


Pequeño mundo en el que sueño Sueños grandes como el pensamiento Mariposa tímida si no encuentras tu dueño Pósate en mi pecho por un momento.


Compartimos el sabor de la tarde Y el aroma de nuestro jardín Un amor que jamás fue cobarde Un amor que jamás tendrá fin.


Te has ido tantas veces Le has hecho tanto daño a mi corazón Y te he perdonado con creces Pero este es mi último perdón.


A veces pierdo el sentido Llamo tarde a la noche Música al ruido Y primavera al otoño. Beso su retrato, escucho su suspiro Y acaricio la cama como si allí estuviera su cuerpo Como si nunca se hubiera ido.


... entonces la ternura de una ola nos abrazó, Nuestra barca había naufragado, Lo que pasó después nadie lo entendió, Solo supieron que ya no vive a mi lado.


... y el paso del tiempo lo borra todo, Las palabras dulces y las amargas, Te amé tanto, pero a mi modo, Hoy solo me quedan ...las noches largas.


Sé que me amas Que has esperado mucho tiempo para quererme Amémonos debajo de estas ramas Porque cuando el sol despierta el amor se duerme.


Es primavera en este valle sin tiempo donde se escucha el silencio del dolor, Donde en verano se siente el frío del invierno, Donde no se siente el viento, Me lastiman el corazón esos grises recuerdos.


Ven Cruza conmigo A ambos nos dolerá Pero es menos insoportable el dolor cuando es compartido Toma mi mano Emprendamos el camino Ven amor Cruza conmigo.


Pueblo de mis amores Donde di el primer beso al regresar del río Senderos llenos de secretos De lechos improvisados De momentos inolvidables Aunque jamás te olvidaré Hasta nunca pueblo mío.


Qué es amor, preguntó la tarde al río Amor es esperar en la orilla que regrese la luna a mirarse en el espejo mío. Y para ti, qué es amor, le dijo quedamente el río Amor es el cantar de tus aguas mientras se aleja para siempre todo lo que fue mío.


Llora la vida del que nunca ha muerto Vaga el perfume de la rosa marchita Se convierte en cenizas el fuego lento Bebe mi amor de esa fuente bendita.


Vendo la dulce mirada del que no me conoce Al sol colándose entre las ramas La mirada oscura de la noche Una mano pequeña a la mía aferrada El ave al que le han roto las alas Y una triste oración de madrugada.


Eran pasos delante de los míos Risas confundidas con el rumor del agua Nubes que se besaban en el río Y una blanca gaviota que volaba.


Vendo el pañuelo que secó el llanto de una madre Vendo la mañana de su despedida Vendo la última luz de la tarde Vendo del río, la húmeda orilla.


Café cuando la espero Cuando la olvido y a recordarla vuelvo Cuando regresa el sol y aún estoy despierto En esas largas horas en que sin su amor me muero.


Tardes de café y lluvia lenta De sonrisas en un retrato Tardes en que mi triste corazón me cuenta Que a cambio de amar recibió maltrato.


Vendo la luna besando mi ventana Las hojas maduras del fresno Después de ella, mi primera mañana Y el color del agonizante invierno.


Leo viejas cartas mientras tomo un café, momento en que se acercan a mí pensamientos convertidos en recuerdos, palabras que enmudecieron en mi garganta, besos dulces ...y abrazos que nunca di.


Fueron tantas las veces que al regresar junto a la puerta me esperaba, A veces solo una sonrisa ...o una placentera mirada, Pero siempre leí en su corazón una enamorada palabra.


La mirada del sol y una taza de café me acompañan mientras leo la lejana historia de mi amanecer.


Vendo la pálida luz de la tarde El vuelo del ave retrasada Esa fogata que ya no arde Y la boca que nunca ha sido besada.


Vendo el eco del llanto de un hombre Las navidades pasadas El velero que ha perdido su nombre Y las bodas que fueron doradas.


Vendo el paso lento del que mucho ha vivido El nombre en la pizarra del que ya no está Vendo la lágrima del niño sufrido Y la noche que se va.


Vendo la lágrima colgada en el labio La luz del faro que se apagará El bate roto que llora en el estadio Y la mano amiga que me despedirá.


Siempre habrá un espacio en mis tardes para recordar sus besos, para cerrar los ojos y ver esa silla vacía, su taza de café... junto a la taza mía.


La lluvia de diciembre evoca esos momentos cuando después de un café sus brazos extendidos buscaban mi amor y mi pecho cobijaba el suyo con pasión.


Eres la lluvia que moja mi espalda en mi largo camino de vuelta Mis ansias de vivir La llave olvidada en la puerta Y el adiós que no sé decir.


Ahora que ya no te quiero Me marcharé muy lejos de ti Ahogaré este amor por el que muero Y dormiré pensando que no te perdí.


En estas páginas en blanco Está la historia de los dos El oculto mundo donde te quise tanto Y mi esperanza convertida en años.



Tiene belleza la flor que nace cuando despierta el día Es bella aquella que la furia de la tempestad ha roto También es bella la que en su pelo lleva la madre mía Y es muy bella, aunque inundada, la flor de loto.



Ahora que ya no te quiero Me marcharé muy lejos de ti Ahogaré este amor por el que muero Y dormiré pensando que no te perdí.



Ya no te espero Eres la felicidad que se me fue He vuelto a comenzar de cero Se me han cerrado todas las puertas que toqué.



Llenaste de sueños mi vida Pintaste de azul mi ilusión Me devolviste la fe perdida Y me abandonaste sin una razón.


Ya no te espero Aunque no sé si un día te esperaré Como el río que en verano se ha secado Pero que correrá cuando vuelva a llover.


Lleva mi cuerpo el perfume de tu piel Quedó hospedado en mis labios el sabor de tu boca Tengo la mirada de tus ojos de miel Y tu risa loca.



No fue la noche, el vacío, la oscuridad y las sombras que envolvieron la vida mía, fue la envidia y el odio que por nuestro amor tenían.


Un abrazo envejecido en el pecho, Una oración sin terminar, Perdón por el mal que nos han hecho, Y un deseo inmenso de llorar. Esa es la Navidad



Cuando ya no me quieras Dime adiós en silencio No tengas temor que de amor me muera Soy demasiado hombre para eso.



Cuando ya no me quieras No me devuelvas lo que te di No vaya a ser que pierdas Lo único bueno que queda en ti.



Cuando ya no me quieras Borra de ti mis huellas Olvida las primaveras Y nuestro cielo con sus estrellas.



Ahora que no nos queda nada Que hasta los suspiros se ahogan en mi pecho Quisiera poder llorar en mi almohada Como lloran las nubes cuando el invierno ha muerto.



Ahora que no nos queda nada Que el ayer es una página arrancada Que nos da igual la tarde que la mañana El ocaso del sol... o la madrugada.



La Navidad es una silla vacía,
un regalo sin abrir,
una puerta a la que ya nadie llama,
es una madre dormida con una carta en su pecho.



La Navidad es el abrazo que damos, el abrazo que recibimos, el abrazo que guardamos, y el abrazo que nunca llegará.



Ahora que no nos queda nada Que solo tenemos el mapa para regresar Que no habrá nadie en nuestra próxima parada Y que de nada nos sirve llorar.


Ahora que no nos queda nada Que somos roca viendo al viento pasar Trato de encontrar tu perfume en mi almohada Y tus labios en la ventana de cristal.



Ahora que no nos queda nada Y que camino solo a la orilla del mar Vuelvo en las tardes a donde te esperaba Y lloro de tristeza fingiendo cantar.



Una visita que ya no se espera, Un obsequio que nadie abrirá, Ese pesado dolor en el pecho, Por alguien que nunca regresará.
Esa es la Navidad.



Y por razones que desconozco Me encuentro en un desierto sin horizonte Son mis huellas las de un seco tronco Y mis noches tan frías como el pico de un monte.



Como un oasis llegaste a mi vida Llenaste de alegría mi soledad Hoy te marchas reabriendo mi herida Y dejando mi corazón en la orfandad.



Esa vieja pena que nunca muere Ni aunque le mienta el corazón Es el dolor del que nadie quiere El sufrimiento que nubla la razón.



Esa vieja pena que nunca muere Que regresa como ave a su nido roto Es un dolor que con crueldad me hiere Aunque estoy tan herido que ni lo noto.



Extraña mi rostro el calor de las lágrimas Y mi boca su sabor amargo Ya mi pañuelo no puede enjugarlas Se quedan dentro de mi corazón roto.



Ahora que te has ido para siempre Pienso que el amor no es realidad Y aunque quise creerlo, por más que lo piense Creo que el amor es el principio de una maldad.



Dicen que guarda la rosa en uno de sus pétalos El aroma que tienen los demás Y que la mirada de los hombres olvidados Es un abrazo... y mucho más.


Así, como el perdón limpia el corazón Y las lágrimas lavan el dolor Así convierte un abrazo en canción Esa palabra dicha con amor.



Entre quejas y llantos Hemos desteñido el cielo de tanto mirarlo Nos quedamos dormidos en la orilla de río Nunca nos atrevimos a cruzarlo.


Fue nuestro amor la flor de un día Que creció en un acantilado remoto Todo lo entregué, aun la vida mía Por eso tengo mi corazón roto.



El tiempo que pasé contigo Esas lunas de mayo entre las ramas del fresno Tu mano en la mía El frío de la noche Y ese inolvidable olor a invierno.



Cuántas veces he llegado hasta tu puerta y me he regresado sin hablarte Sé que me amas Sabes que te amo Y que en nuestros sueños nos besamos Pero nadie ha de saber que nos queremos Porque ambos sabemos que debo respetarte.



Esa noche fuiste mía bajo un cielo cubierto de pétalos de nácar y sol Pinté tu pecho de luna llena y besé tus sentidos con el corazón.


No sé si era una canción O su sollozo triste Tampoco si era por amor O por recuerdos de lo que nunca sucedio O acaso por una historia de algo que no existe O quizás llora porque siente mi dolor Al leer esa carta que no había leído nunca.



La tarde se vistió de fiesta cuando en la orilla del río nos desvestimos los dos Me entregaste todo Todo te lo entregué yo Aún es nuestro ese sublime secreto que la corriente cómplice se llevó.



Arroyo que se detuvo junto al manantial de nuestro desierto de donde bebimos el elixir de un amor condenado por los amores muertos.



Libros de amor escritos en mi mente con el silencio del paisaje de un atardecer que solo vimos tú y yo.



Pueblo de mis amores Donde di el primer beso al regresar del río Quisiera volver a andar por tus caminos Inolvidable pueblo mío.



Hoy... me di cuenta que ya no estás Desde que te fuiste te había tenido presente Pero un nuevo amor me hizo olvidar La ingratitud y el desprecio del amor ausente.



Luna de enero que se baña en la playa Mar de olas suaves que besan la arena Díganle a mi amor que nunca se vaya Porque me muero de pena.



Adiós de tantos años que regresa en las madrugadas trayendo toda la tristeza de la felicidad pasada.

Retrato de solemne mirada que con trémula sonrisa desde la solitaria habitación le hace silenciosos reproches al alma.


Sollozo prisionero en tu boca que humedece tu almohada con lágrimas profusas que gritan aun sabiendo que a nadie le dicen nada.



Caricias azules ocultas en tu pecho que en las noches de invierno buscan el mío para cerciorarse que el amor es cierto.


Estrellas grises vistiendo un cielo abandonado por el sol y secando el llanto que jamás nadie escuchó.



Arroyo que se detuvo junto al manantial de nuestro desierto de donde bebimos el elixir de un amor condenado por los amores muertos.



En esta oscuridad intensa Donde todo lo que entra es opaco Mis manos atadas cubren las grietas Para impedir que alumbre el ocaso De la única estrella que brillaba Y que ya no brilla porque está muerta.



Vuelve la música de la noche
Adornada con pétalos de luna
Quisiera que mi amada la escuche
Mientras lee mis poesías una por una.


Se ocultan las gotas de lluvia en el estanque Y quizá nadie las vuelva a ver Como pájaro que trina llamando a su amante Al ver que se acerca el atardecer.


Lleva tu tristeza a la orilla del mar Toca la guitarra y ponte a cantar Mira al cielo y empieza a soñar Cuando las lentas olas se acerquen a danzar.





































































































Poesía; Versos; Amor

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