martes, 3 de agosto de 2010

La PALABRA Expuesta



El Propósito De La Ley y La Superioridad de La Gracia
Una Relación Perfecta

Un Estudio de GALATAS 3

Los capítulos 3 y 4 son doctrinales, porque en ellos Pablo explica la relación entre la ley y la gracia. Tres palabras que se repiten con frecuencia son fe (catorce veces), ley (diecinueve veces) y promesa (once veces). Pablo presenta seis argumentos, tres en cada capítulo, procurando probar que la salvación es por gracia, por medio de la fe, y aparte de las obras de la ley.

I. El argumento personal (3:1~5)

Pablo empieza con la experiencia personal de los gálatas con Cristo, porque esta es una de las mejores evidencias de cómo obra Dios.


Pablo había predicado a Cristo crucificado, no la obediencia a la ley; ellos creyeron este mensaje y eso cambió sus vidas. Habían recibido al Espíritu (la evidencia de la salvación, Romanos 8:9) por el oír con fe y al creer a la Palabra de Dios (Efesios 1:13, 14), no por obedecer alguna ley. Sin duda, el evangelio que Pablo predicaba, el evangelio que cambió su vida y la de ellos, era el verdadero mensaje. Regresar a la ley después de todo lo que el Espíritu había hecho por ellos era actuar como necios.

Habían sufrido voluntariamente por su fe. Los ministros en la iglesia de Galacia mediante los dones del Espíritu estaban haciendo cosas maravillosas, obras que no serían posibles por medio de la ley. Todo en su experiencia personal apuntaba hacia un hecho: la salvación es por gracia, no por la ley.

Los cristianos de hoy necesitamos la verdad del versículo 3, porque muchos piensan que el mismo Espíritu que les salvó no puede guardarlos o ayudarles a vivir por Cristo. Tienen la idea de que la salvación es por gracia por medio de la fe, pero que la vida cristiana depende de sus fuerzas. Para ver el error en que se incurre es necesario leer Romanos 7 que nos enseña con claridad que los creyentes no podemos hacer nada por nosotros mismos para agradar a Dios; Romanos 8 enseña que el Espíritu continúa la obra de gracia y cumple las exigencias de la ley en nosotros.

II. El argumento escriturario (3.6~14)

Por escriturario no sugerimos que los otros argumentos de Pablo no sean fieles a la Palabra, sino más bien que en esta sección se apela con fuerza al Antiguo Testamento. Es más, tal vez quiera verificar cuidadosamente cada una de estas referencias bíblicas.
A. Los versículos 6~7 citan Génesis 15:6

Los judaizantes apuntaban a Abraham, el «padre de los judíos», como su ejemplo, y Pablo hace lo mismo. ¿Cómo fue salvo Abraham?

¡Por fe! Y todos los que confían en Cristo son hijos de Abraham, el padre de los creyentes. Véase en Romanos 4:.1~8 una ampliación de este argumento.

B. Los versículos 8~9 citan Génesis 12:3
Dios prometió bendecir a los gentiles a través de Abraham, lo que quiere decir que judíos y gentiles son salvos exactamente de la misma manera. Desde luego, el evangelio que Abraham creyó no fue el pleno evangelio de la gracia de Dios que predicamos hoy; incluso los apóstoles no comprendieron a plenitud el significado de la muerte de Cristo sino hasta que se les explicó. El evangelio que Abraham creyó fue las buenas nuevas de que Dios le bendeciría y le haría una nación poderosa. Abraham creyó a la promesa y esta fe le fue contada por justicia.

C. El versículo 10 cita a Deuteronomio 27:26

La ley no salva, maldice.

D. El versículo 11 cita a Habacuc 2:4

Ya hemos encontrado este versículo antes: «El justo por la fe vivirá» (Romanos 1:17; Hebreos 10:38). Este pequeño versículo de Habacuc es tan rico que Dios escribió tres comentarios de él en el Nuevo Testamento.
E. El versículo 12 cita a Levítico 18:.5
Hay una vasta diferencia entre «hacer» y «creer». Nadie jamás fue salvo por la ley, porque nadie nunca puede obedecer completamente la ley.

Lea otra vez estas citas y vea cómo prueban conclusivamente que aun la ley del Antiguo Testamento enseña que la salvación es por gracia, por medio de la fe.

III. El argumento lógico (3.15–29)

Todos los argumentos de Pablo son lógicos. Pero el argumento particular aquí depende del razonamiento, al comparar la ley con un contrato humano. Cuando dos personas hacen un contrato, es ilegal que una tercera intervenga y lo cambie o lo cancele. Ahora bien, Dios hizo un contrato (pacto) con Abraham más de cuatrocientos años antes de que fuera dada la ley. La Ley de Moisés jamás podría cancelar la promesa original de Dios a Abraham. Dios lo prometió igualmente a la simiente de Abraham y el versículo 16 indica que esta Simiente es Cristo. La Ley Mosaica no fue una nueva manera de salvación que cancelaba las promesas de Dios a Abraham; esto no sería lógico. La promesa y la fe van juntas, pero no la promesa y la ley.

¿Por qué dio Dios la ley**?

Ante esta pregunta Pablo tiene tres respuestas:

A. La ley fue temporal y sólo para Israel (vv. 19~20).
La ley fue temporal hasta que se cumpliera en su totalidad; esto sucedió justo en el momento en que Cristo dijo "CONSUMADO ES", fue allí donde Cristo como único, justo, santo y bueno (o sea perfecto) cumplió a cabalidad toda la ley.

La ley duró alrededor 1,500 años; La gracia es eterna.

Muchas personas creen que Adán y Eva no fueron salvos. Ven la expulsión del Edén pero no ven la túnica de pieles (Génesis 3:21) con que Dios los vistió. Esa túnica de pieles tipifica al sacrificio del Cordero de Dios, Jesucristo mismo. Para obtener esas túnicas tuvo que haber un sacrificio de animales. Este fue efectuado por el mismo Dios. En vez de hojas de plantas que representan lo que el ser humano trata de hacer para cubrir su pecado. O sea lo mejor que hacemos con nuestras fuerzas o buenas acciones. Pero eso no era suficiente, tendría que haber un horrendo sacrificio. Para quitar la piel de un animal tenía que morir la víctima. Podemos suponer que la piel era de ovejas, debido a que tipificaban a Cristo. Aún durante la ley las ovejas se utilizaban para representar al cordero de Dios, Jesucristo.

El único evangelio que Adán oyó fue lo que Dios dijo en Génesis 3:15, sin embargo, lo creyó y fue salvo.

¿Cómo lo sabemos?

Debido a que llamó a su mujer «Eva» que significa «vida» o «dadora de vida». Dios dijo que Adán y Eva morirían, y Adán murió físicamente a los 930 años. Pero también murió espiritualmente, cuando se separó de Dios debido al pecado. Dios prometió el nacimiento de un Salvador por medio de la mujer, y Adán creyó esta promesa y fue salvo. Dios no cambió los resultados físicos del pecado, pero sí remitió las consecuencias eternas: el infierno.

Las túnicas de pieles en el versículo 21 son cuadros de la salvación que tenemos en Cristo. Debe haber habido derramamiento de sangre, el ofrecimiento de vida inocente por el culpable. Adán y Eva trataron de cubrir su pecado y vergüenza con hojas (3:7), pero Dios no aceptó estas buenas obras. Él tampoco acepta tales obras hoy.

Los vestidos en la Biblia a menudo son un cuadro de la Salvación. Véanse Isaías 61:10 y Zacarías 3. El hijo pródigo fue vestido de nuevo cuando regresó a casa (Lucas 15:22). Los vestidos de justicia propia y buenas obras son trapos de inmundicia a los ojos de Dios (Isaías 64:6).

Nótese que Dios quiere que Adán y Eva se cubran; Él aprobó su sentido de vergüenza. Es siempre una señal de degeneración cuando la gente revierte eso y se vuelve a la desnudez. «Ropa decorosa» es siempre la norma de Dios (1 Timoteo 2:9).

Por este método que Dios utilizó fue como Adán y Eva fueron salvos. Ellos fueron condenados por su desobediencia primero, pero por su fe, fueron también perdonados y salvos. En Adán todos mueren, pero en Cristo todos somos justificados (1 Corintios 15:22). Es decir, no solamente fueron salvos desde Abraham, sino desde Adán todos nuestros ancestros. (O sea, todos los que creyeron en el Mesías prometido) Génesis 3:15 encierra una gama de aspectos con respecto a esta doctrina. Es un tesoro y la única forma de ver como somos salvos solamente por gracia. (Es decir por creer en Cristo) Dios lo hizo tan sencillo, para que todos podamos entenderlo, y es solamente por fe, para que nadie trate de luchar en vano. Pues es gratis (Romanos 3: 24). Su sacrificio alcanzó a todos por igual.

y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (2 Corintios 5:15). Algunas doctrinas enseñan que Cristo solamente murió por los creyentes, son quienes que predican poniendo énfasis en la predestinación.

Abraham y todos los demás, antes de la muerte de Cristo en la cruz del Calvario, fueron salvos únicamente por gracia, o sea por fe. Ellos tenían su fe puesta en el Mesías (o sea el Cristo) confiando plenamente en que vendría y pagaría por ellos en la cruz, razón por la que practicaban los sacrificios que apuntaban simbólicamente en la dirección de Cristo como el Cordero de Dios, como el Gran Sumo Sacerdote, Hebreos 4:14

Ellos miraban su salvación en tiempo futuro, nosotros la miramos en tiempo pasado. Desde Adán hasta Cristo transcurrieron 4,000 años, todos los que confiaron por la fe en el Cordero inmolado eran salvos mirando hacia el sacrificio perfecto y eterno de Cristo en la Cruz del Calvario, mas cuando morían físicamente (sus almas) se iban a un lugar donde esperaban que ese sacrificio se llevara a cabo. Ese lugar se llamaba el Seno de Abraham. (Este estaba ubicado en el centro de la tierra). Ellos eran salvos aunque no fueron al cielo inmediatamente después de fallecer, solamente esperaban que Cristo efectuara la redención completa. Pero cuando Cristo murió y resucitó los sacó de allí y se los llevó al cielo. Mateo 27:51~53; Efesios 4:8~10; [Filipenses 2:10 y 11. de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra].

Ahora los creyentes todos somos salvos, pero al fallecer nuestras almas no van al centro de la tierra, sino directamente a la presencia de Dios. 2: Corintios 5:1~8. Como ya la redención fue efectuada hace casi dos mil años, no tenemos que esperar nada para ir a su presencia. Esta siempre ha sido salvación segura y eterna, sea antes o ahora. Pues Dios no deja nada inconcluso, Filipenses 1:6; Hebreos 10:23; Juan 17:1~4

Romanos 2:14 y Hechos 15:24 dejan en claro que Dios nunca dio la ley a los gentiles. La ley moral ya estaba escrita en los corazones de los gentiles (Romanos 2:15). Pero la ley ceremonial (incluyendo las leyes del día de reposo) nunca fue dada a los gentiles. La ley fue añadida y no era un sustituto en lugar de las promesas abrahámicas. Una vez que la Simiente (Cristo) vino, la ley fue reemplazada.

Pero la ley fue promulgada con tanta gloria, ¿Cómo podríamos decir que era sólo temporal?

Ante esta posible pregunta el apóstol de los gentiles nos da la siguiente respuesta:
La ley fue dada por mediadores angelicales, (Hechos 7:53; Gálatas 3:19*) pero Dios le habló personalmente a Abraham. Dios es uno, y el cumplimiento de su promesa a Abraham depende únicamente de él.

B. La ley nos convenció de pecado, pero nunca nos salvó del pecado (vv. 21~22).

Si hubiera una ley que salvara a los pecadores, Dios hubiera librado a su Hijo y usado la ley en lugar de la cruz. La ley no es contraria a las promesas de Dios; al revelar el pecado, la ley obliga al pecador a confiar en las promesas de Dios. La ley nos muestra la necesidad de la gracia; la gracia nos capacita para agradar a Dios mediante la fe. La ley coloca a todos bajo pecado, lo que significa que todos podemos ser salvos por gracia. Si Dios permitiera que aunque sea un solo pecador se salvara por la ley, nadie se salvaría por la gracia. Todos debemos ser salvos de la misma manera.

C. La ley preparó el camino para Cristo (vv. 23~29).

Antes que viniera la fe que ahora conocemos, la ley dejaba a todos los hombres con la boca cerrada, revelando su necesidad de un Salvador. A través de la ley se nos empuja a Cristo. La ley fue el “ayo” (tutor) para los judíos en su infancia nacional. El tutor, tanto romano como griego, solía cuidar y enseñar a los niños menores hasta que alcanzaban la edad legal de adultos, después de lo cual los hijos quedaban bajo su propia responsabilidad. La ley mantuvo a los judíos en línea, por así decirlo, hasta que Cristo vino y la revelación completa del evangelio fue dada a judíos y gentiles.

Breve explicación sobre la simiente:

Hay dos simientes aquí mencionadas. La de la mujer que es Cristo desde Eva hasta María, y la de la serpiente que es Satanás.

Génesis 3: 15 describe que la simiente que es Satanás mordería el calcañar de Cristo. (Es decir cuando Este estuviese en la cruz) Cristo fue herido por el pecado de nosotros. Pero la simiente que es Cristo aplastaría la cabeza de la simiente que es Satanás. Cristo en la cruz aplastó la cabeza de Satanás, es decir le quitó la autoridad que este le robó a Adán en el Edén cuando lo sedujo y le quitó el señorío y autoridad que Dios le había dado al primer hombre, Adán.

Desde entonces Satanás tenía dominio de todo en el mundo, por eso él dijo a Jesús durante la tentación, en Lucas 4:5~7, cuando le mostró todos los reinos del mundo y sus riquezas: 4:5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.

4:6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.

4:7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.

Este ser tan astuto y ágil utilizó la misma táctica con Jesús que había utilizado con Adán, Génesis capítulo 3. A Adán le dijo que podía ser como Dios, y Adán cayó en sus garras y le entregó todo. En los capítulos 4 de Mateo y Lucas el Diablo le dijo a Jesús que si era el Hijo de Dios, Podría conservar lo que él le había quitado a Adán, pero con la condición que se inclinara y le adorara. Pero Jesús le quitó todo a Satanás cuando murió en la Cruz del Calvario. Eso es el rescate del hombre y sus facultades totales. Cristo puso a Satanás debajo de sus pies. Este le mordió el calcañar, pues allí Jesús murió, esta fue la batalla más grande de la historia cuando en la cruz se libró la guerra campal más cruenta jamás realizada. Esta guerra incluía lo espiritual, lo moral, lo físico y lo material de toda la humanidad.

Adán fue incauto y fue seducido por Satanás, mas a Jesucristo que es Dios en cuerpo físico no lo pudo seducir ni engañar. Desde esa guerra, hace dos mil años, Satanás está vencido y aún está bajo nuestros pies. Nosotros somos el cuerpo de Cristo, pues somos su Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella, Mateo 16: 18. Somos más que vencedores, Romanos 8: 37. Jesús en la cruz nos rescató o sea que nos compró, somos suyos por siempre.

* Ahora el evangelio era ofrecido, no por ángeles, sino por el Espíritu Santo. Hechos 7:53

** Si la bendición estaba asegurada como un regalo y no como el resultado de un mérito por hacer algo ¿por qué Dios promulgó la ley? ¿Por qué no dejó las cosas como estaban hasta la venida del Mesías?
¿Qué significa “y fue ordenada por medio de ángeles en manos de un mediador, y el mediador no lo es de uno solo, pero Dios es uno”?
Respuesta:

Es difícil seguir la línea de pensamiento de Pablo en estos versículos, pero intentaremos clarificar este punto. La pregunta que hizo Pablo y que sin duda muchos se la hicieron fue “Si ya estaba la promesa hecha, si la bendición estaba asegurada como un regalo y no como el resultado de un mérito por “hacer” algo ¿por qué Dios promulgó la ley? Podría haber dejado las cosas como estaban hasta la venida del Mesías, es decir de “la simiente” de Abraham.

La respuesta del apóstol fue:

“la ley fue añadida a causa de las transgresiones” o “se añadió para denunciar los delitos” “fue dada con miras a los delitos” Es decir, que sin ley no habría conciencia de haber transgredido la voluntad de Dios “y donde no hay ley no hay pecado” y si no hay pecado, no es necesario un Salvador de nuestros pecados. Por eso Pablo aclaró este punto diciendo que la ley “fue añadida a causa de nuestras transgresiones.

¿Qué hubiera pasado si Dios no hubiese promulgado la ley?

Podríamos enumerar al menos siete consecuencias (1) Israel como nación se diluiría entre las naciones de la tierra, incorporándose a sus culturas, religiones, razas y habría perdido su identidad. (2) Israel nunca sería una nación peculiar, como lo fue y sigue siendo. (3) Sería imposible seguir una genealogía desde Abraham hasta el Mesías. (4) No existirían las sinagogas por las cuales el cristianismo se expandió tan rápidamente en el primer siglo (5) No habría pautas de conducta, ni una conciencia que esté de acuerdo con la mente de Dios (6) La muerte de Cristo no tendría un sentido práctico ni teológico. (7) La Biblia como la conocemos no existiría. Si quitamos todas las referencias a la ley de Dios y las historias que fueron relatadas en obediencia u desobediencia a esa ley, desaparecerían los libros históricos, proféticos, los Salmos y los Proverbios.
En cuanto al significado de que la ley “fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador” Howard Colson y Robert Dean, en su libro “Gálatas, libertad en Cristo” escribieron “En algunos aspectos, éste es uno de los pasajes más difíciles que Pablo haya escrito nunca. La correcta interpretación del versículo 19 es fundamental para nuestra comprensión de todo el pasaje. Se ha estimado que hay alrededor de 300 diferentes interpretaciones del sentido de los versículos 19 y 20.” Veamos estos dos temas: (1) El tema de los ángeles. En ninguna parte del Pentateuco se menciona la intervención de ángeles en la promulgación de la ley. Algunos suponen que Pablo se vale de una interpretación rabínica, que enseñaba esto: Dios no tuvo contacto directo con Moisés por su misma majestad, por eso Dios dio su ley a los ángeles, y éstos a Moisés y Moisés al pueblo. Se cree que los rabinos sacaron la idea de la presencia de los ángeles del “sonido de trompeta” en el monte Sinaí. ¿Quién sino los ángeles tocan las trompetas? Por supuesto, son todas suposiciones. Personalmente creo que Pablo se refirió al “Ángel del Pacto” En Éxodo 3:2 dice “apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza” Y también en Números 20:16 leemos “clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz y envió su ángel y nos sacó de Egipto” o también a la promesa de Dios “yo enviaré mi ángel delante de ti”. (2) El segundo tema es sobre la unidad de Dios. Sabemos que Dios es uno, pero lo que confunde aquí es la manera que Pablo introduce esta verdad: “y el mediador no lo es de uno solo, pero Dios es uno.” Al parecer, Pablo quería decir esto: Fue importante y valioso que la ley fuese entregada a Israel por medio de un mediador, es decir, de Moisés; pero mucho más importante y más valioso fue la promesa dada a Abraham, porque fue dada en forma directa, sin mediaciones, por Dios mismo. Está diciendo de cierta forma: “¿No ven?
El contacto directo siempre tiene más valor que el contacto por un intermediario” Por lo tanto, concluye Pablo, la promesa dada a Abraham tiene más peso que la ley dada por medio de ángeles a Moisés, y Moisés al pueblo. El mediador no lo es de uno solo, porque siempre el mediador media entre dos o más partes, pero Dios es uno y habla directamente.




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