jueves, 15 de octubre de 2009

La Biblia Debe Volver Al Púlpito




por el hermano Marcos García, septiembre de 2007

Es alarmante la cantidad de sermones que cada día se predican sin ningún o con poco fundamento bíblico. Hombres y mujeres que en vez de leer las Escrituras, bajo la dirección del Espíritu Santo, observan meticulosamente el ambiente social, ya sea en la iglesia o en el mundo, para que les sirva de inspiración para armar un mensaje que después llevan al púlpito, o a la radio y a la televisión, desde donde inmisericordemente intoxican las almas que ha llevado el Santo Espíritu de Dios para que escuchen su santa Palabra y sean salvos por fe. (Romanos 10:17)

Nos aterra escuchar como estas personas leen un versículo bíblico, fuera de contexto, lo espiritualizan inapropiadamente y manipulan la congregación, exigiendo amenes, pidiendo aplausos y gritos de júbilo. En ocasiones son hasta ordinarios (as) y groseros (as), arrogándose el derecho de espetar insultos a los santos que disienten con sus muy particulares opiniones. Es importante que los hombres y mujeres que llevan en sus hombros estos ministerios tengan un claro conocimiento de la Biblia, que suban al púlpito de la mano de la Biblia. Pablo escribe a Timoteo: - Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. (2 Timoteo 2:15)

Hermano y hermana que me lees, no importa si es el pastor(a), el amigo(a), o una eminencia en el escalafón eclesial, …si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema[i]. (Gálatas 1:9)

Sabemos que hay un solo evangelio, el de Cristo, y que, como asegura Pablo en su carta a la iglesia de Galacia, …hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. (Gálatas 1:7) Estos hermanos(as) buscan el favor de los hombres, haciendo mal uso de la palabra de verdad. (Gálatas 1:10)

La Biblia debe volver al púlpito, nosotros los santos debemos exigirlo, es la Palabra de Dios la que puede sacar al hombre y a la mujer de la miseria del mundo, y no las historietas atractivas de hombres y mujeres seductores (as) que contando fábulas de literatura secular[ii] se emocionan, contagiando ese espíritu apóstata a aquellos que ya han sido confundidos por ellos mismos, con definiciones manipuladoras de términos como: sometimiento, humillación, rebeldía, etc.

Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. (Colosenses 2:8)

Cuando Pablo, desde la prisión, escribe a los hermanos de Colosas, está confiando plenamente en la todopoderosa mano de Dios, de ese Dios que respalda a quien le obedece, está pidiendo a Dios que les conceda sabiduría espiritual. Claro que Pablo confía porque conoce a Dios y por cuanto sabe que él, Pablo, está en plena obediencia a la comisión que su Señor le dio, -Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y ensénenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. (Mateo 28: 19 y 20, Biblia DHH, Tercera Edición, SBU, 1996).

Esa maravillosa promesa que el Señor Jesús hace, nos deja claro cual es nuestro trabajo, y que el mismo será supervisado y respaldado por él en todo momento. El Señor Jesús no desea que inventemos un nuevo evangelio, él ordena que usemos su evangelio para predicar a toda criatura.

Las predicaciones sensacionalistas surgen del corazón del hombre y de la mujer con sed de gloria y reconocimiento es este mundo. Nosotros, los santos, debemos rechazar toda vana palabrería, pues éstas doran las doctrinas falsas, haciéndolas parecer palabra que sale de la boca de Dios. Jesús dice que es necesario …que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, … (Lucas 24:47), y para hacer eso es indispensable que la Escritura Sagrada vuelva al púlpito.

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[i] Anatema: Ésta es una palabra griega no traducida en la mayor parte de los pasajes (Ro. 9:3; 1 Co. 12:3; 16:22; Gá. 1:8, 9). En Hch. 23:14 se traduce «maldición». El solemne pasaje de 1 Co. 16:22, dice: «El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene.» En Gálatas (Gá. 1:8, 9) se dice que si alguien, hombre o un mismo ángel del cielo, predica cualquier otro evangelio que el que habían recibido, que sea anatema. Dos solemnes denuncias que tienen relación con la postura adoptada acerca de la persona del Señor Jesús y del evangelio de Dios.
[ii] Secular: proviene del latín seculare, que significa "siglo" pero también "mundo”. De ahí que secular se refiera a todo aquello que es mundano, por oposición a lo espiritual y divino.

• La Biblia utilizada es la RV-1960, excepto especificación.
• Los énfasis son del autor del artículo.

miércoles, 7 de octubre de 2009

12 de octubre: ¿ Día de la Raza o Genocidio ?


por el hermano Marcos García, octubre de 2009
Pocos errores causan tanto desastre como el que cometió aquel marino genovés llamado Cristóbal Colón hace 517 años.
Para los que aún mantienen como buenas las enseñanzas de los docentes en la escuela primaria, cuando, por ignorancia o por obligación nos decían que gracias a este aventurero habíamos sido descubiertos, -como si nuestros antepasados hubiesen estado *escondidos, esta fecha es motivo de celebración. Pero, para los que como yo, recuerdan la motivadora voz de la maestra mestiza explicando una clase relacionada al descubrimiento; presentándolo como una maravillosa aportación a la humanidad, es motivo de luto, y desde lo más profundo de nuestro ser algo nos dice que debemos endechar, ya que lo que ella llamaba el “Día de la Raza”, en realidad, era el día contra la raza, contra su propia raza, contra nuestra propia raza.

Hoy día el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, para justificar este flagicio, incluye en su definición de descubrir “Hallar lo que estaba ignorado o *escondido, principalmente tierras o mares desconocidos”.
Una de las cosas que causa más vergüenza es que seamos nosotros mismos: los descubiertos, los masacrados, los conquistados; los que aplaudamos tan viles hechos.

Durante la Primera Guerra Mundial las relaciones hispano-argentinas no estuvieron exentas de la conocida “política de gestos” y agasajos mutuos. Dentro de esta política es considerada la promulgación por parte del gobierno argentino a cargo del presidente Hipólito Yrigoyen del decreto del 4 de octubre de 1917. Este instituyó el 12 de octubre como “Día de la Raza” declarándolo como fiesta nacional. Logró además la adhesión de casi todas las naciones americanas, incluyendo Estados Unidos.
Sin intención alguna de despertar pasiones ruines que puedan parecerse a las de los seudo-descubridores del continente americano, he querido copiar el texto del tercer punto del Decreto de Yrigoyen:
“3º. Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales, y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la nación americana”.

Amigo lector, después de leer la aberrante exposición de sumisión expresada en este decreto, es posible que su cena no tenga el mismo sabor. Si este fuera el caso, le invito a ir conmigo a Las Sagradas Escrituras. En Isaías 5:20 encontraremos una de las advertencias más severas que Jehová nos dejara como legado para valorar la excelencia de la sabiduría, ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

Sabemos que antes de las obras mencionadas en el libro de Génesis ya existía la sabiduría. La sabiduría es eterna, de esto se ocupa el capítulo 8 del libro de Proverbios, específicamente del versículo 22 al 36.
La macabra obra llevada a cabo por los glorificados conquistadores ha diezmado a una raza hasta el punto de que hoy día sólo queden vestigios de su grandeza, por ignorancia, ha marcado a un pueblo con un tatuaje de inferioridad dándole un nombre que hasta la fecha una mayoría indolente menciona con menosprecio.

Es poco lo que se ha hecho para hacer justicia a los legítimos habitantes del continente descubierto por Cristóbal Colón y conquistado por hombres sin escrúpulos avalados por gobernantes irresponsables, sin embargo, suficiente para hacer que el remordimiento presione la mente de los descendientes de los genocidas hasta el punto que más tarde, un decreto de la presidencia del gobierno de España con fecha 9 de enero de 1958, le da un toque cosmético:
“Dada la enorme trascendencia que el 12 de octubre significa para España y todos los pueblos de América Hispana, el 12 de octubre será fiesta nacional, bajo el nombre de Día de la Hispanidad”.
Pero la práctica del avasallamiento a los aborígenes parece no haber terminado. En la República de Panamá encontramos a los nativos: Gnobe, Emberá, Wounan, Bugle, etc. abandonados a su suerte, siendo desposeídos de sus territorios. Herramienta usada por los gobernantes para someterlos a los reyes de turno del gobierno.
Aunque hayan maquillado la fecha con un nombre más atractivo, a los integrantes de esta raza no se les da el tratamiento de ciudadanos, cuando realmente merecen ser tratados como “ciudadanos del mundo”.

Bibliografía
Biblia Reina Valera - 1960.
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Vigésima segunda edición.
Glosario de términos
Conquistar: Ganar, mediante operación de guerra, un territorio, población, posición, etc.
Endechar: Cantar endechas, especialmente en loor de los difuntos; honrar su memoria en los funerales. Afligirse, entristecerse, lamentarse.
Flagicio: Delito grave y atroz.
Genocidio: Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad.
Masacre: Matanza de personas, por lo general indefensas, producida por ataque armado o causa parecida.
Menestral, la: Empleado, dependiente. Persona que tiene un oficio mecánico.

Énfasis añadidos.

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