martes, 23 de junio de 2009

¿Estamos predicando lo que deseamos oír o lo que necesitamos escuchar?



por el hermano Marcos García, enero de 2009

A diferencia del Hijo del Hombre, quien nunca predicó lo que las personas deseaban oír, sino, aquello que necesitaban escuchar, el contenido de los sermones de hoy, es en gran parte, un concierto de elaborados mensajes vacíos de sustento bíblico, que llenan las iglesias, pero que dejan cada vez más vacío y con más sed el corazón del hombre y de la mujer.
El mensaje de salvación se ha cambiado por el mensaje de prosperidad. El mensaje que le dio el Señor al apóstol Pablo cuando le dijo que le bastara su gracia[1], lo han mudado los predicadores (as) livianos(as) a “si no tienes bienes materiales o estás enfermo(a), quiere decir que algo malo está pasando con tu vida espiritual”.
Tanto ha sido sonado este argumento que hoy día se mide el nivel de santidad de una iglesia (congregación) por su apariencia: estilo de vida, posesiones, estado físico, etc. A muchos líderes les parece que todo anda bien cuando en los días de servicio se llenan los estacionamientos del templo, dejando atrás la evaluación que hizo Jesús cuando le escribió a las siete iglesias, o aquella que hizo Pablo a la iglesia de Corinto (1 Cor. 3:18~21) Pablo advierte a los corintios que debían escoger la sabiduría de lo alto que es de real valor, aunque esto sea considerado necio por el mundo (1 Cor.1:27). Los corintios estaban empleando la llamada sabiduría de este mundo para evaluar a sus líderes y maestros. Su orgullo hizo que dieran mayor valor a la presentación del mensaje que a su contenido.
Ante lo expuesto surge una pregunta, una pregunta que se puede responder con otra pregunta:
¿Por qué se ha cambiado el mensaje de salvación por el mensaje de prosperidad?
¿Será que tememos que al predicar la Palabra tal cual nos fue ordenada, el aporte económico mengüe?
Nos pasamos más tiempo buscando justificación en La Biblia para los mentirosos[2] mensajes que queremos esgrimir desde el púlpito, que orando para que sea el Espíritu Santo quien nos guíe a toda verdad.
Son cada día más los predicadores(as) que han perdido el temor al Dios Vivo y sin escrúpulos están enviando a hombres y mujeres a Egipto por ayuda[3], es penoso porque conocen su fin, más las rutilantes luces de la prosperidad de este mundo los ha enceguecido, y así ciegos, están guiando a otros ciegos.
Cierto es que la Iglesia está demandando un mensaje de prosperidad, un mensaje cuyo contenido sea concluyente en que el Señor va a abrir los cielos y va a derramar sobre cada uno de sus hijos e hijas tantos bienes y salud que podrán vivir en este mundo toda una vida sin ninguna necesidad material o física, mas no deben los obreros del púlpito aprovecharse de la falta de conocimiento[4] de la gente para espiritualizar cada palabra de Las Escrituras ofreciéndoles lo que piden y no lo que necesitan.
Los predicadores y predicadoras que han cambiado el mensaje de salvación por el mensaje de prosperidad, están, con conocimiento de causa, preparando a hombres y mujeres para que vivan eternamente en este mundo y no para que opten por el paraíso que Jesús vino a ofrecernos y por el cual dio su vida, pagando nuestro pasaje al Cielo con precio de sangre.
Es urgente que depongamos esta actitud y prediquemos el mensaje que el pueblo necesita escuchar, y que apartemos de nosotros aquel mensaje que sólo nos llena de fama y fortuna.
Amado hombre o mujer de Dios que me lee, sus comentarios serán muy apreciados, recordemos que Jehová escribe recto sobre líneas torcidas[5].

Glosario de términos

Argumento: Razonamiento que se emplea para probar o demostrar una proposición, o bien para convencer a alguien de aquello que se afirma o se niega.
Liviano, na: De poco peso, inconstante, que muda con facilidad de pensamientos.
Mudar: Dar o tomar otro ser o naturaleza, otro estado, forma, lugar, etc. Dejar algo que antes se tenía, y tomar en su lugar otra cosa.

Bibliografía

Biblia Reina Valera 1960
La Biblia Nueva Versión Internacional (NVI) 1999 by International Bible Society
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, Vigésima segunda edición
Los énfasis son del autor del artículo.
[1] 2 Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
[2] Jeremía 8:8 ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas.
[3] Isaías 31:1 1 ¡Ay de los que descienden a Egipto en busca de ayuda, de los que se apoyan en la caballería, de los que confían en la multitud de sus carros de guerra y en la gran fuerza de sus jinetes, pero no toman en cuenta al *Santo de Israel, ni buscan al Señor!
[4] Isaías 5:13 Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed. Oseas 4:6 Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.
[5]Los renglones torcidos de Dios - Torcuato Luca de Tena

sábado, 6 de junio de 2009

El arrepentimiento ! Un asunto pasado de moda ¡


por el hermano Marcos García, marzo de 2009

Una de las cosas que más promueve el comercio mundial es la moda, y uno de los elementos que podemos tomar como base para darnos cuenta de la seducción del mundo a la iglesia es precisamente la moda. Vemos que la misma pasa con extraordinaria rapidez, para que después de algunos años se repita el ciclo y lo que estaba desfasado, pero que causó furor, vuelva a tomar auge y a formar parte de los complementos que evidencian la vanidad del hombre y de la mujer.
En la iglesia sucede lo mismo, hay sermones que han causado furor, que al igual que lo hacen las buenas obras de teatro en los países del primer mundo, han llenado las iglesias por varias semanas. Por lo general, estos mensajes están saturados de palabras emotivas que dicen lo que la gente desea oír, o de profecías sobre prosperidad que casi siempre usan el nombre de Dios en vano. Indistintamente de quien los haya originado, éstos son ligeramente retocados y vueltos al púlpito con el ánimo de causar apoteósicos aplausos y que los amenes retiñan en las paredes llenando de orgullo el corazón del predicador y de la predicadora.
Como hemos dicho en artículos anteriores, la prosperidad, ruinmente predicada, es uno de los caminos usados por el Diablo para conducirnos al infierno, aún así, es uno de los temas más atractivos, tanto para los(as) predicadores(as) como para los(as) oyentes.
Sin embargo, algo tan necesario para alcanzar la misericordia divina como lo es el arrepentimiento, hoy parece ser tema prohibido en los diferentes tipos de púlpito, cuando debiera predicarse con el denuedo que lo predicó Juan el Bautista; con la relevancia con que lo predicó Jesús; y con la vehemencia con que lo predicó Pedro.
Este requisito tan valioso para la salvación ha dejado de aparecer en los bosquejos de pastores(as); de predicadores(as); y hasta de renombrados evangelistas. Pareciera que el tema carece de atractivo; que, quizás riña con los intereses de las mega iglesias, y/o que no nos hace parecer tan buenos(as) como pretendemos hacernos ver. He escuchado con atención cuando se hace el llamado a los pies del Señor, y no son pocas las veces que no se les dice a quienes se acercan que deben arrepentirse.
Estimado(a) lector(a), esto es realmente lamentable, ya que sin arrepentimiento no hay salvación, Gálatas 6:7 dice: No os engañéis; Dios no puede ser burlado. En Lucas 13:3 y 5 el mismo Jesús exhorta al arrepentimiento de tal forma que expresa enfáticamente que si no nos arrepentimos pereceremos. Pedro, un hombre que había experimentado el arrepentimiento y que se encontraba gozando de la consecuencia de ese arrepentimiento, después de exponer públicamente las razones que los israelitas tenían para arrepentirse les dice en voz a cuello “…arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; Hechos 3:19. El apóstol Pablo, de una manera magistral en el Areópago, dice que Dios nos manda a todos que nos arrepintamos. Hechos 7:30
Y es que mientras no se experimente el verdadero arrepentimiento bíblico no se es salvo(a), ya que esta es la base de la salvación. La Biblia es clara e irrebatible cuando habla sobre el arrepentimiento.
El verdadero propósito por el cual vino Cristo a morir por nosotros ha sido diluido por el hombre. Es una pena que hoy en muchas iglesias se predique un evangelio donde no es necesario el arrepentimiento, donde sus enseñanzas van dirigidas a presentarnos a un Jesús de prosperidad, a un Jesús que vino para darnos abundancia y bendiciones. Un evangelio light que no nos ofrece a Jesús El Salvador, mas bien a un dios proveedor de riquezas materiales, de salud física y de bienestar social; a un dios que patrocina la vanidad humana y que se especializa en ser un suplidor de todos nuestros caprichos.
Hemos visto que Juan el Bautista predicó el arrepentimiento, que Jesús inicia su ministerio predicando el arrepentimiento, y que es el arrepentimiento el que Pedro predicó el día de Pentecostés. ¿Quedará alguna duda de que al optar por la vida eterna debemos comenzar por allí?
El arrepentimiento Bíblico es aquel que nos hace cambiar por dentro. Es un cambio de corazón, de dirección, y de mente. Es un milagro que Dios hace en el corazón, para que podamos tener ese dolor por los pecados cometidos, para volver nuestra mirada a Dios por ayuda. No existe pecado suficientemente grave que pueda condenar a aquellos cuyo arrepentimiento es verdadero. El arrepentimiento viene acompañado de una nueva vida.
Si no se ha arrepentido hágalo hoy mismo, no pierda de vista que para gozar de la vida eterna es indispensable el verdadero arrepentimiento.

Glosario de términos
Apoteosis: (Del griego deificación). Ensalzamiento de una persona con grandes honores o alabanzas. En el mundo clásico, concesión de la dignidad de dioses a los héroes.
Furor: Momento de mayor intensidad de una moda o costumbre.
Vehemente: Que tiene una fuerza impetuosa. Ardiente y lleno de pasión.

Bibliografía
Biblia Reina Valera 1960
La Biblia de las Américas / Foundation Publications, Inc. / Anaheim, California
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, Vigésima segunda edición

Los énfasis son del autor del artículo.

Una exquisita crónica para el Día del Padre

por el hermano Marcos García, junio de 2009

En el libro de Génesis se encuentra clavado el más hermoso relato de amor de un hijo a su padre, específicamente, del amor que profesó José, el soñador, al patriarca Jacob.
He querido traerles esta extraordinaria narración bíblica en esta fecha en que muchas personas celebran el Día del Padre, ya que la considero la más emotiva, gloriosa, y ejemplar novela jamás escrita, capaz de envolvernos en una reflexión bienaventurada y, sin duda alguna, de sacarnos sollozos, y en ocasiones, hasta el llanto mismo.
Por lo general el (la) lector(a) de la historia de José se enfoca en la envidia y crueldad de sus hermanos, en la calumniosa mentira de una mujer rechazada que lo lleva a la cárcel, y en toda la gloria a la que Jehová lo lleva, “porque Jehová estaba con José”, y pasa desapercibido los enternecedores eventos que saltan como gacelas en el escenario del corazón de un hombre, que a pesar de la adversidad, mantuvo inalterado ese primoroso sentimiento de amor a su padre.
En el versículo 13 del capítulo 42 José se entera por boca de sus hermanos que su amado padre aún vive. Imagínese el corazón de este hombre cuando recibió tal noticia; ahora su sueño de volver a ver a su papá parece materializarse frente a él. Estaban hablando de aquel consejero, ese amigo, el padre que una vez manifestó todo su cariño confeccionándole una preciosa túnica de colores, y al que no veía desde hace 20 años aproximadamente.
En el capítulo 43 de mi Biblia, al margen del versículo 27 tengo escrita la siguiente nota: “esta pregunta me lastima”. Y es que algo revuelve todo mi ser cuando leo a José preguntar -¿Vuestro padre lo pasa bien? ¿Vive todavía?

La alegría grande inundó el corazón del gobernador de Egipto cuando sus hermanos le respondieron –bien va a tu siervo nuestro padre; aún vive. Gén. 43:28
Es una realidad que había ansiedad en José al preguntarle a sus hermanos -¿Tenéis padre…? Gén. 44:19. Es posible que hubiera conflictos sobre lo que en estos momentos sentía por sus hermanos, y que también los hubiera respecto al tratamiento que debiera darles, pero ese amor que sentía por su padre y que guardaba como retrato pegado a su corazón, ese amor indeleble brillaba con tanto fulgor que ni la oscuridad de la inclemente mazmorra a la que había sido injustamente confinado; ni las rutilantes luces de la prosperidad habían logrado ponerlo en otro lugar. El amor de José hacia su padre estaba allí, sentado en su corazón, con aparente timidez, esperando el momento de violentar las rejas y salir de su pecho para amar intensamente.
La vehemencia con que saltaba cada vez la pregunta acerca de su padre deja claramente expuesta toda la grandeza de este amor. Vea el lector(a) el dramático versículo 3 del capítulo 45, parecía que no había nada más importante que saber si su papá vivía. Más que una pregunta parece un ruego apremiante, un –ya no puedo esperar más para saber si mi papá aún está vivo, lo demás puede esperar, pero no se detengan, no dilaten más su respuesta, ¿Es que no ven mi angustia?, ¡No saben lo que siento!, ¿Alguien puede entenderme?
Es importante que pasemos por el versículo 13 del capítulo 45, Haréis, pues, saber a mi padre toda mi gloria en Egipto, y todo lo que habéis visto; y daos prisa, y traed a mi padre acá. Más que falta de modestia es usar el recurso para hacerle saber a su padre que ya no debe preocuparse, que él se encargará de todo, que en su vejez no pasará hambre, que Jehová está con él.
En el versículo 23 del capítulo 45, vemos que José motivado por el amor que sentía, además de tomar decisiones emergentes, enviándole a Jacob suficiente comida para la travesía, también le envió un regalo, un regalo que contenía… lo mejor de Egipto. Mas, temiendo quizás, que sus hermanos no entregaran las provisiones a su amado padre, les impele que lo lleven a él en el menor tiempo posible.
Jacob contaba a su hijo entre los muertos, lo había llorado y había expresado que con luto se reuniría con él en el lugar de los muertos, capítulo 37, versículos 33, 34 y 35. Empero la nueva lo llenó de una sublime alegría, tanto así que dijo: José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera. Génesis 45:28
La historia de José me apasiona por lo cargada de pureza y rectitud en cada evento, sin embargo, por lo puntual del tema tratado debo saltar hasta el capítulo 46 donde el escritor sagrado narra un singular encuentro: Gén. 46:29 Y José unció su carro y vino a recibir a Israel su padre en Gosén; y se manifestó a él, y se echó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello largamente. La Nueva Versión Internacional dice: José hizo que prepararan su carruaje, y salió a Gosén para recibir a su padre Israel. Cuando se encontraron, José se fundió con su padre en un abrazo, y durante un largo rato lloró sobre su hombro.
Amado(a) lector(a) permítame decirle que me hubiera gustado estar en primera fila presenciando tal acontecimiento, esta es una de esas oportunidades que hoy día hubiera marcado rating total en las televisoras, de igual forma, a pesar que ocurrió hace tanto tiempo, apasiona e invita a propiciar escenas tan plenas de amor como la descrita.
Se estableció Jacob en Egipto donde vivió diecisiete años y al sentir que su final se acercaba llamó a José para expresarle sus deseos. Después de escucharlo con reverencia José respondió: Haré como tú dices. Gén. 47:30
José fue un hombre que amó a Jehová y lo manifestó amando a su padre. Es triste que muchos(as) hermanos(as) que dicen amar a Dios no sustenten esa expresión manifestando amor a sus progenitores.
Hasta pronto.

Glosario de términos
Impeler: Dar empuje para producir movimiento. Incitar, estimular.
Novela: Hechos interesantes de la vida real que parecen ficción.
Rutilante: Que brilla mucho o emite una luz muy intensa.
Uncir: Atar o sujetar al yugo bueyes, mulas u otras bestias.

Bibliografía
Biblia Reina Valera 1960
Biblia Nueva Versión Internacional 1999 by International Bible Society.
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, Vigésima segunda edición
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox.© 2007 Larousse Editorial, S.L.
www.radiolaluz.com/diccionario_descripcion.php

Los énfasis son del autor del artículo.

Seguidores

Solamente Por Un Día

Solamente Por Un Día
Especie Rara