
Mi cámara guardaba ya una fotografía del Viejo sentado plácidamente en el bote, saludé con todo el respeto de que son dignos los hombres de su edad, después de mirarme fijamente contestó mi saludo con un ademán.
Durante nuestra diversificada conversación ambos parecíamos disfrutar del olor de la tierra, de la serenidad del río, casi se aguaban nuestras bocas al remembrar el delicioso sabor a carne asada, a yuca fresca, y nuestros oídos se descontaminaban al escuchar el rumor del arroyo deslizándose por la tierra fértil.
Su mente es tan clara como la luz del mediodía, recordó con marcada nostalgia a su compañera, _ya se fue, tenía casi mi edad, ochenta le adelanté, _noventa, esgrimió mientras se dibujaba en su rostro una sonrisa de triunfo.
Sin darme cuenta había citado varias veces a mi padre, lo advertí cuando me dijo: _debió querer mucho a su papá, para recordarlo tanto. Sí, le dije con franqueza manifiesta, pero ya se fue.
Mientras me despedía, me aseguré de cargar con mi nuevo aprendizaje, firme y valioso como El Viejo Del Bote.
Ellos ya se fueron, pero aqui estoy yo... y un dìa q no sabemos aun "compartiremos el cielo" LOVEU!
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