sábado, 15 de mayo de 2010

¿Para qué más apóstoles?

por el hermano Marcos García, mayo de 2010

En el versículo 15 del capítulo 9 del libro de los Hechos de Los Apóstoles hay una vigorosa sentencia hecha por el Señor que le aclara al mundo gentil la grandeza de su gracia y su determinación de darnos un apóstol, el cual tendría una misión especial.

El agradecimiento de nosotros los gentiles debe iniciar cuando leemos las palabras que Jesús le dijo al apóstol Pablo: …a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados. Hechos 26:17, 18.

Es más que triste y doloroso ver que aún hay personas en la Iglesia del Señor que no han descubierto el extraordinario alcance de la misión de Pablo, y vean la necesidad de nuevos apóstoles.

El apóstol Pablo es escogido por el Señor para presentar un nuevo programa o administración: “la dispensación de la gracia de Dios” a los gentiles. Lea conmigo Isaías 52:15 y regocíjese con su trasfondo: así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído. Tenga presente que este libro fue escrito siete siglos antes de Cristo.

Pablo recoge estas extraordinarias palabras del profeta Isaías en el capítulo 15 de la carta a los romanos y nos expresa humildemente, pero con rigurosa verdad, que le ha sido encomendada una misión maravillosa: Romanos 15:15 Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada 15:16 para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. Es precisamente al cumplimiento de esa tarea a lo que Pablo se dedica toda su vida.
Preguntando


Lo hace con especial esmero, sin reproche alguno, nunca rehusando hacer algo que más que pedírsele se le había impuesto, lo hacía con la seguridad que había sido escogido para realizar una tarea única. Había regocijo en él a tal punto que en sus días finales dijo: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 2 Timoteo 4:7

Pablo es el hombre escogido para que se cumpla la dulce profecía de Isaías cuando escribió: 11:10 Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa. En Romanos 15:12 Pablo nos traduce así: Estará la raíz de Isaí, Y el que se levantará a regir los gentiles; Los gentiles esperarán en él.

Es preciso que leamos los versículos 18, 20 y 21 del capítulo 15 de la carta a los romanos: 15:18 Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 15:20 Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 15:21 sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán.
Esperando respuestas


Cuan distinto su proceder al de los apóstoles modernos; al de los apóstoles secuestradores de la fe. Estos hermanos y hermanas que no pueden escribir lo que Pablo escribió en Gálatas 1:15 Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, 1:16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,… ya que ellos sí consultan a copartidarios para nombrarse “apóstoles”, hermanos y hermanas que andan repartiendo títulos honoríficos “en el nombre de Dios”.

Ya tenemos a Pablo, es el apóstol de los gentiles, están sus cartas cuyo contenido es fresco y completo, no hay nada que añadir, ninguna verdad se quedó en el tintero del apóstol Pablo. Todos las innovaciones que estos seudoapóstoles puedan aportar al evangelio no será más que anatema, Gálatas 1:8

Uno de los énfasis mayores que hace el apóstol Pablo en sus preciosas epístolas es su interés por que la Iglesia no sea embaucada por doctrinas cuyo fin es tan oscuro como el corazón de los falsos maestros (apóstoles modernos).

Una de las preguntas que con frecuencia me hago es:

¿Para qué más apóstoles?

¿A quién están dirigidos?

Si ya los judíos tienen sus apóstoles, si ya los gentiles tenemos nuestro apóstol, ¿Cuál es su misión?

¿A qué grupo de personas debe penetrar su evangelio?

Si ya el Señor escogió a Pablo, Hechos 22:21 …Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles. Romanos 11:13 Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, 2 Timoteo 1:11 del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. Hechos 26:15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 26:16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti,

Amados hermanos que han incursionado en esta carrera, me gustaría saber,

¿Qué creen qué le hizo falta a la predicación de Pablo?

¿Quién os fascinó…?

Nos leemos amigos y amigas.

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